Solo como ejemplo, en el sector Interior, a pesar de los cientos de crímenes y robos en las calles, se ha gastado hasta ahora el 16.4% del presupuesto. 

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Igual pasa con Salud, otro de los sectores claves en el bienestar de la población, solo ha llegado al 20,8% de gasto de inversión. Es decir, hay una lentitud e incapacidad clamorosa para acelerar la inversión en estos y otros sectores al punto que hoy la inversión pública en todos los rubros llega al 38,2%.

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En conclusión, hay plata, proyectos por ejecutar, pero no se hace porque la administración pública camina demasiada lenta.

Lo más irónico es que la economía en el país atraviesa un duro trance, con una recesión que toca los bolsillos, lo que ha contribuido a la reducción de puestos de trabajo y, lo más grave: no se está invirtiendo en la mitigación de daños de El Niño con la premura y responsabilidad que se requiere. El ministro de Economía se ha sincerado y ha reconocido que algunas partidas recién se están transfiriendo. ¡Qué tal ineptitud!