En Piura, como ocurre en otras regiones, los ciudadanos se han relajado y bajado la guardia peligrosamente frente a un enemigo común que –si ya se olvidó-, ha dejado más de 13.109 fallecidos en la región y más de 213.324 muertos a nivel nacional.
El COVID-19 no se ha ido, sigue mutando y es el causante que en Piura, en las últimas semanas, se cierren varias aulas de colegios privados.
Aunque esta pandemia ha sido controlada, incluso se ha reducido su letalidad debido a la campaña de vacunación, no podemos olvidar que sigue mutando y es letal para algunas personas vulnerables y también para aquellos que se resisten a vacunarse o completar sus dosis. Prueba de ello hoy son los vacunatorios vacíos en donde los encargados de Salud ya no tienen qué conversar esperando que lleguen los pacientes.
Incluso, en algunos comercios ya ni siquiera exigen el carné de vacunación, mientras que algunos ciudadanos caminan por las calles sin mascarilla, seguros que son inmune al virus. Este exceso de confianza, como lo recomiendan los médicos, puede ser peligroso en este invierno que se viene con temperaturas más bajas de lo normal. Estamos advertidos.
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