Piura junto con Apurímac, Junín, Ica, Lima, Cusco, Ayacucho, Tacna y Arequipa, son las regiones que en los últimos 7 días, según EsSalud, presentan incrementos de casos positivos de COVID-19.
Lo que preocupa a las autoridades de Essalud y del Ministerio de Salud, es que si bien desde el mes de agosto la tasa de positividad se mantenía estable o no había una tendencia pronunciada al alza, en la última semana sí hubo un incremento.
Particularmente en Piura este aumento es notorio, los casos confirmados pasaron de 20% a 40%, mientras que a nivel nacional este índice entre la semana epidemiológica 48 y 49, pasó de 7% a 9%.
La llegada a nuestra región de una comisión especial de especialistas del Ministerio de Salud , así como el envío de un grupo de profesionales de EsSalud para reforzar la capacidad de atención, nos permite mirar este nuevo reto con optimismo. Ojalá que la ministra Pilar Mazzetti, con su gran experiencia, reoriente y lidere la estrategia en Piura, haciendo los ajustes necesarios.
Según el director del Centro de Epidemiología, quien preside uno de los grupos de trabajo del Minsa, estamos ante un “ligero rebrote”, y no ante una segunda ola (contagio masivo). Ello no significa sin embargo, que descuidemos las medidas de prevención. Está en manos de todos y cada uno de los piuranos salir bien librados. Todos perdemos si otra vez colapsa el sistema de salud.
El aprendizaje adquirido en los meses críticos de la primera ola, debe servirnos, tanto al Estado como a los ciudadanos, para evitar los errores que nos costaron mucho dolor y muchas vidas, como esperar a que la situación se complique para recién actuar.
Está en nuestras manos no flexibilizar las medidas de bioseguridad y de distanciamiento. No olvidemos que hasta ahora evitar el contagio a través del cumplimiento de los protocolos sanitarios en casa y lugares públicos, es nuestro más eficaz escudo protector.
El envío de medicamentos, incremento de camas UCI y EPP, etc. de nada servirán si cada piurano no cumple su tarea: evitar el contagio. La celebración de Navidad y Año Nuevo no debe ser motivo de desobediencia y descontrol. Ser responsables y no bajar la guardia, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, entre volver a cuarentena total o seguir reactivando la economía