La actitud esquiva de la presidenta Dina Boluarte, durante su visita fugaz a Chulucanas, al no tener ningún acercamiento hacia la población para conocer sus problemas, ni una reunión con los alcaldes o colegios profesionales así como su negativa a responder preguntas incómodas de la prensa local, muestra cómo se están manejando los asuntos referidos a la prevención y mitigación.
Es evidente la intención del Gobierno de proyectar una versión distorsionada de la realidad. El jueves, la jefa de Estado una vez más desperdició la oportunidad de escuchar a los piuranos y empaparse de los reales problemas que al parecer desconoce. Bien pudo revertir la desconfianza de toda una región que exige su derecho a vivir sin miedo a inundarse; y empezar a liderar la dura pero necesaria cruzada que le toca emprender a su Gobierno para mitigar el impacto de las lluvias que se vienen.
PUEDES LEER ? Hola, Buenos Días: ¿Caerán los otros ‘mocha sueldos’?
Se equivocan quienes le aconsejan cerrar los ojos a los pedidos de alcaldes para que agilice la asignación de fondos para las obras de mitigación en el corto plazo que queda; es un error negarse a corregir la improvisación con que se maneja la descolmatación del río (entre la presa Los Ejidos y el puente Bolognesi), o a exigir como máxima autoridad la pronta reparación de defensas ribereñas dañadas, etc.
Insistir en el discurso de que el Gobierno libró a Piura del ataque de Yaku y EL Niño Costero con una declaratoria de emergencia, lo único que genera en los piuranos que lo perdieron todo ante la falta de motobombas y la inacción estatal, es rechazo y desconfianza.
En lugar de baños de popularidad inaugurando hospitales que aún no están equipados al 100 % como el de Chulucanas, lo que Piura necesita es sinceridad del Gobierno, seriedad, eficiencia y sentido de urgencia frente a la magnitud de los problemas de piuranos. Ningún aplauso falso o alabanza de la portátil de turno le servirán al Gobierno (si ocurren graves daños personales y materiales evitables) cuando tenga que explicar por qué no se hizo prevención y mitigación en serio.