El balance del primer día de la restricción total de la circulación en las calles es contradictorio y demuestra que aún hay detalles que afinar para que la protección brindada por el Estado frente al coronavirus sea eficaz.
El propio mandatario informó que nos encontramos en la tercera fase del coronavirus; es decir, de “contagio comunitario”.
Si antes usted solo podía contagiarse por la proximidad con un portador, ahora es imposible rastrear los orígenes de la transmisión.
Ello significa que debemos extremar todas las medidas preventivas posibles. Permanecer en las viviendas y lavarse las manos serán muy importantes para seguir conteniendo el avance de esta enfermedad.
El Estado también debe ser más claro a la hora de detallar sus medidas. Muchos transportistas, por ejemplo, se siguen preguntando cómo sabrán si están dentro del 50% de los autorizados a brindar el servicio.
El asunto, en pocas palabras, es así: de acuerdo con la Policía, quienes planeen usar el auto, deberán contar con la autorización emitida por la municipalidad respectiva.
El trámite se hará de manera virtual. A su vez, en el caso de los transportistas, los pocos comités autorizados solo sacarán al cincuenta por ciento de su flota.
Finalmente, cada unidad podrá llevar solo a un pasajero, el mismo que también ha de contar con alguna especie de pase o autorización de la empresa (de servicio esencial) que lo requiere.
¿Cuál es el problema con esta medida? Es que estas especificaciones al decreto emitido el domingo han aparecido repartidas e incompletas en las redes, en supuestos enlaces oficiales.
Recordemos que vivimos una época al borde del pánico; si no se unifica este tipo de información, el temor a las fake news hará que no sean tomadas en cuenta.
Gran parte de esta situación se explica porque la emergencia fue declarada sin que este detalle haya sido resuelto.
Hasta la noche del martes, no se sabía cuántos vehículos iban a circular.
Otra cosa es que nuestros policías y soldados, al parecer, no entienden bien la orden de Vizcarra: los uniformados han comenzado a intervenir call centers y dificultan la llegada de diarios a las provincias fuera de Piura.
Respecto a los negocios, habrá que definir cuales son sus funciones y si estos son esenciales en esta crisis.
El periodismo, en cambio, sí lo es.