Así lo ha entendido el contralor general de la República, quien ayer advertió que dada la magnitud de la emergencia y por tratarse de un “problema estructural”, urge “convocar a los especialistas, a la sociedad civil y a los colegios profesionales que saben qué hacer en su región”.
Es importante la advertencia del ente de control teniendo en cuenta que en el país y particularmente en Piura olvidamos muy fácilmente, con lo cual no llamaría la atención que, en caso empezara a llover menos o con menor intensidad en las próximas semanas, vuelvan las reuniones burocráticas para la foto, la burocrática ampliación de plazos y otra vez, anestesiados por la desidia municipal, regional o del Ejecutivo, se nos venga el Mega Niño y nos encuentre, como casi siempre, indefensos.
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Para evitar este escenario, que ojalá no ocurra, la entidad de control recomienda al Gobierno nacional conformar mesas de trabajo con urgencia, identificar con realismo qué se puede hacer de acá a nueve meses, en preparación a un Niño Global.
Plantea, asimismo, elaborar un plan de intervenciones fundamentales en las zonas de riesgos del país con medidas mínimas prioritarias, compromiso de recursos y un marco técnico y normativo excepcional para que las obras puedan concretarse en el más corto plazo.
En ese sentido, es indispensable que los representantes del Gobierno nacional, como los alcaldes y el gobernador que acaban de encabezar el paro regional, se sumen a esta cruzada por recuperar la meritocracia y el nivel profesional en la ejecución.
Una manera de hacerlo es designar lo mejor de lo mejor en los cargos. Si lo hacen, no tendrán problemas con el megaoperativo que anuncia Contraloría para verificar los perfiles de los servidores públicos a fin de constatar si estos son idóneos o no para los cargos que ocupen. ¿O habrá resistencias?