Si volvemos los ojos a nuestra realidad más inmediata, nos daremos cuenta que Piura está más empobrecida: 18 mil personas han perdido sus empleos y ahora forman parte de ese ejército llamado “informales”.
Sí, personas que antes desempeñaban diversos oficios ahora, debido a la pandemia, se han visto en la necesidad de buscarse el pan en las calles.
Pero mucho más preocupante que la cifra mostrada (y que fue obtenida de un informe del Observatorio Socio Económico Laboral, OSEL) es la actitud de las autoridades respecto de estos nuevos inquilinos de las veredas y esquinas: ya comenzó la cantaleta del rochabús y de que las
calles son de todos y a la vez, de nadie. ¿Es viable insistir en aplicar este tipo de castigos?
El reciente lío entre el Gobierno y las clínicas privadas nos ofrece una clave interesante: aún con los ánimos crispados, fue posible dialogar y llegar a acuerdos sin romper el marco de la legalidad. Del mismo modo, en Piura se debe llegar a un trato con el sector informal. Desde esta
tribuna, hemos defendido en incontables veces el principio de autoridad y la necesidad de que las actividades mercantiles se hagan dentro de lo normado.
La situación actual exige ser mucho más cuidadosos y hasta meticulosos pues la informalidad trae aparejada la aglomeración de personas, el riesgo de contagio y la posibilidad de que ocurran más muertes… pero la vara y el “pinochito” no resolverán las cosas.
Es buena la idea de reubicación que plantea la MPP y sería bueno que los informales escuchen y entiendan que se trata de su propia protección, que el sector informal no ofrece garantías. Por otro lado, ¿qué hacen nuestras autoridades para reactivar el empleo? Recordemos que este nuevo paquete de informales no lo es por gusto, sino por necesidad. ¿Ya tiene la MPP o el Gobierno Regional diseñado un plan de obras públicas, ahora que estamos en la etapa de reanudación de actividades, para dotar de empleo legal a quienes han tenido que apropiarse de un trozo de calle, aun a costa de su salud?
Sería bueno que nos muestren el plan, que nos informen que esta vez sí trabajarán en la creación de alternativas y no echarán mano únicamente de la represión para parchar las cosas -parcharlas, no solucionarlas; nada se soluciona con violencia-.