La nueva refinería, que tras ocho años de firmarse el contrato e iniciarse los trabajos, fue puesta en marcha ayer con bombos, platillos y populismo castillista, deberá producir combustibles limpios, lo cual aún no es posible comprobar.

Es verdad que mejorará la calidad de lo producido, ¿pero en cuántas partes por millón? Está por verse dado que su real puesta en servicio recién empezará al cabo de seis meses. Para comprobar los niveles logrados -es decir los estándares de lo refinado- se deben hacer pruebas durante al menos medio año (pero podría alargarse este periodo).

Transcurrido este tiempo también se sabrá si aumentó su capacidad de procesamiento de 65.000 a 95.000 barriles diarios. Y es que más que modernización, el proyecto ha consistido en hacer una nueva refinería que deberá producir combustible con menor contenido de azufre, de acuerdo a las exigencias del mercado energético internacional.

Lo que sí está más claro que el agua es que desde un punto de vista económico, el proyecto no ha sido el más económico. Para algunos especialistas nunca debió haberse iniciado. Fue un costoso error. Desde que la empresa anunció la ejecución de la nueva infraestructura, los expertos han advertido acerca de la posible pérdida que este proyecto representaría para el Estado. De hecho, según un informe del Instituto Peruano de Economía, la propia empresa petrolera ha admitido que las pérdidas generadas –en términos del valor presente del proyecto– podrían superar los US$1.600 millones.

En la construcción del proyecto (2014), se estimó una inversión de US$3.919 millones, pero ocho años después se incrementó a US$5.038 millones.Además de irse encareciendo, el proyecto fue alargando su plazo de ejecución. Se había previsto que empiece a operar en el 2021, pero recién lo hará a fines de año o inicios del 2023.

Para el exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, el presupuesto para la construcción de la Refinería de Talara es excesivo, pues con estos recursos -más de US$ 5,000 millones- se pudo construir tres refinerías y obtener más instalaciones y mejores equipos. Ahora, la refinería debe pasar la prueba de fuego en la calidad de sus combustibles y demostrar su rentabilidad.