La idea de emprender un negocio propio siempre estuvo dando vueltas en la mente de muchos piuranos, pero nunca nos quitó tanto el sueño como en estos tiempos de crisis y despidos abruptos por la pandemia.
Especialmente, para los miles de afectados que de la noche a la mañana se quedaron en la calle o están a punto de perder el trabajo si las cosas no mejoran, la posibilidad de emprender y ser su propio jefe, dejó de ser una opción lejana y se convirtió en la única salida para volver a empezar.
Lo más difícil es cómo reducir el riesgo de fracasar en el intento. Es más, muchos novatos que se atreven a emprender desisten a la primera al no ver en pocas semanas o meses, las ganancias que esperaban.
Lo curioso es que el fracaso forma parte del aprendizaje, las empresas tardan en madurar. Entenderlo y asimilar que las crisis también generan oportunidades que no se pueden dejar pasar, conllevará algún tiempo.
Debería implementarse desde el Gobierno un plan para acortar este proceso, a través de medidas orientadas a estimular nuevos modelos de negocio, por ejemplo con capacitación y capital semilla dirigidos exclusivamente a quienes han perdido el empleo.
Y es que, como lo advierten los expertos, actualmente los emprendedores piuranos no tienen un soporte estructurado que les permita que
sus emprendimientos se lleven de la mejor manera y sean exitosos.
Otra manera de ayudar a revertir la caída del empleo es propiciar la creación de incubadoras de negocios desde las empresas. Ya hay ejemplos en la región como la incubadora de la UDEP, y la UNP trabaja en consoliodar la suya. Sin embargo, es muy poco dada la ingente necesidad de miles de desempleados a quienes les urge generar ingresos.
Mientras se espera las primeras experiencias de éxito emprendedor, y conforme se aguarda que los gobiernos locales y el GORE reactiven la inversión pública, el Estado haría bien en dar a las empresas ciertas facilidades temporales (mientras dura la emergencia), ya sea en el pago de impuestos como en materia de flexibilización laboral.
Esto daría a las organizaciones que reman contra la crisis económica, un respiro, una oportunidad de generar empleo, que es lo que más se requiere en estos momentos, para reactivar la demanda.