Ciertamente, la elección de Piura para ser la sede de importantes eventos puede funcionar como un empujón importante y necesario para que empiecen a ser ejecutadas las obras de prevención.
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Aún con el tiempo y los pronósticos jugando en contra, las autoridades están obligadas moralmente a trabajar por la ciudadanía. Aunque sea un muro deben dejar hecho antes de que la naturaleza vuelva a golpearnos.
Todo el Perú ha visto indignado la grabación que muestra a un grupo de piuranos recogiendo los restos de una pista y sacos de arena en pleno centro de la capital regional, frente al municipio. ¿Nos estafaron? ¿Nos vendieron barro en vez de asfalto? ¿Qué autoridad o empresario saldrá a dar la cara por esto.
En diferentes partes del centro, como consecuencia de la tormenta del viernes en la noche, se han formado peligrosas y hediondas lagunas que a muchos, para lástima colectiva, ya no sorprenden. Sin embargo, una pista rota no solo representa un problema puntual de infraestructura, sino también un grave asunto ético, un lío que involucra a todos en tanto vecinos y ciudadanos. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar que los periodos municipales sean plata tirada al agua?
La posibilidad de que Piura sea sede de la CADE debe ser vista como la oportunidad que necesitamos para exigir eficiencia y rapidez en las obras de prevención. No podríamos recibir a todos los empresarios y políticos participantes en este tipo de actos con una ciudad que parece bombardeada por la negligencia y la mala fe.
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¿Seremos capaces de todo ello? En este diario pensamos que sí, que el reclamo unido de la ciudadanía puede tener excelentes resultados. Estamos volviendo a los orígenes de nuestro sistema político: demandar que las instituciones cumplan con proteger a los gobernados es un aspecto esencial de la democracia que precisa ser cumplido.
Los meteorólogos nos advierten que lluvias como la de la noche del viernes -que han sido catalogadas como tormentas, lo que nos sirve también como imperativo. Las predicciones apuntan a que este año de clima atípico también tendremos un Niño, aunque no se ha determinado si será costero o continental. Tenemos por delante un enorme reto para auxiliar a toda la población vulnerable y convertirnos en una ciudad y región más racional en su relación con la naturaleza.