Dos eventos El Niño costero en seis años, con un verano que se ha prolongado todo el año, con la restricción diaria del servicio de agua potable, con la falta de lluvias en el sur del país y una amenaza sobre nuestras cabezas de lluvias intensas todavía hay personas que no creen que todos debemos actuar para mitigar los efectos del cambio climático.
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Da pena ver cómo el agua se desperdicia lavando carros o dejándola correr libremente, sin tomar conciencia que lo que se bota podría servir a muchas personas que no tienen acceso a este líquido vital.
Da pena, también ver cómo las calles son un basurero. Desde los automóviles, buses y camiones se arrojan las botellas de plástico, luego de beber el contenido. Da pena ver que el tecnopor, prohibido en todo el país se sigue vendiendo en el mercado y mucha gente lo sigue comprando y utilizando para entregar el pollo a la brasa, la pollada o cualquier comida.
Lamentablemente, pese a que cada día la Tierra nos recuerda que estamos en un momento crítico seguimos actuando como si nada pasara. El egoismo, la pereza, la falta de consideración con los demás nos ha llevado a este punto. Este año, se ha tenido la máxima temperatura del planeta, desde que se tiene registro. Los especialistas dicen que vamos para más. Hay demasiada energía acumulada en el planeta que se tiene que liberar de alguna forma. Probablemente sea una catástrofe.
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Nuestros hábitos de consumo nos han llevado a este punto, y no estamos dispuestos a ceder nuestra comodidad por el futuro. Esto es lamentable. Si bien es cierto, que los gobernantes no hacen nada para mitigar los efectos de este cambio, nosotros tampoco. Sabemos lo que tenemos qué hacer, pero no lo hacemos. Es más cómodo cerrar los ojos y fingir que no pasa nada o que todo se va a arreglas por arte de magia. Lamentablemente eso no es así. Si cada uno de nostros hace lo que le corresponde, los efectos serán menores y podremos heredar a las futuras generaciones un planeta con menos amenazas de las que tenemos hoy.
