En nuestro entorno laboral, hoy es común escuchar términos como ATS, trabajo colaborativo, net recruitment, trabajo remoto, algoritmos, big data, people analytics, smart working, p-learning, cursos MOOC, digital employer branding, organización agile, blockchain, machine learning y automated performance management, entre otros. Si una empresa aplica alguno de estos aspectos, ello implica preguntarse si lo que se está efectuando es digitization o digitalization.
Al respecto, debemos hacer una distinción no solo para precisar de qué estamos hablando, sino para canalizar mejor los esfuerzos y recursos organizacionales. En inglés encontramos dos términos: digitization y digitalization. En nuestro idioma, ambos se usan de manera indistinta y como sinónimo de digitalización, pero se refieren a temas distintos, aunque relacionados entre sí.
En primer lugar, digitization es la conversión de texto, imágenes o sonido a un formato digital que puede ser procesado por una computadora. Luego, tenemos la digitalization, que se refiere a un proceso mediante el cual se usan tecnologías digitales para cambiar un modelo de negocio y generar oportunidades de creación de valor.
En algunos casos, la digitization puede constituir el primer paso para implementar un cambio tecnológico en una función de recursos humanos, ya que su objetivo es optimizar los procesos existentes para mejorarlos, aunque sin modificarlos de forma drástica. Por ejemplo, la digitación de registros de las nóminas históricas, que pasan del papel a una base de datos de recursos humanos.
En tanto, la digitalization implica un cambio que agrega valor mediante el uso de tecnología en recursos humanos. Un ejemplo es el uso de plataformas de evaluación del desempeño, en especial las que permiten retroalimentación continua e instantánea y están asociadas a sistemas integrados, o el uso de app para la gestión de personal mediante bots que sistematizan los permisos o licencias médicas.
Nos queda un término adicional: transformación digital. Este concepto alude a los dos anteriores, ya que implica automatizar actividades y crear una cultura de automatización e innovación, pero también significa cuestionar qué procesos o actividades son necesarias y eliminar tareas rutinarias que tenían valor cuando eran manuales, pero que carecen de valor en una organización digital.