Para muchos piuranos la reasignación del local de votación ha resultado peor que la enfermedad. ‘Sufragantes’ que antes votaban a pocas cuadras de sus casas ahora deberán desplazarse fuera de la ciudad, incluso a caseríos del Medio Piura, lo que los obliga a tomar el servicio público para llegar hasta los nuevos puntos de votación que se les ha asignado.
Lo que se ha hecho con este tan promocionado y alargado cambio de local de sufragio es sacar a algunos y colocar a otros, perjudicando a quienes siempre han votado cerca de sus casas y podían incluso trasladarse a pie. Con estos cambios no solo los obliga a tomar el transporte público, sino que los pone en una situación de mayor riesgo con el Covid-19.
Si la intención fue evitar el desplazamiento de personas, con esto se ha hecho todo lo contrario. No sabemos cuál ha sido el criterio para hacer estas ‘movidas’, pero si el efecto: complica al elector la misión de sufragar, los expone al riesgo de contagio y, además, los obliga a gastar más en un momento que muchos intentan reducir gastos y la exposición en las calles.