Resulta inmoral y una vileza que algunas autoridades intenten, en este momento de necesidades y con una pandemia que mata gente, insinuar siquiera algún aprovechamiento político o beneficio propio, como lo están haciendo ciertas autoridades con entrega de mascarillas y alimentos.
Hay casos como el del gobernador Servando García, a quien se le ocurrió repartir más de 100 mil mascarillas con los colores partidarios, pero pagadas con dinero del Gore; una vieja obsesión por promocionar su partido.
A algunos alcaldes no contentos con publicitarse como salvadores de los pobres, tienen denuncias por direccionar y sobrevalorar compras.
Los piuranos no debemos olvidar –y también las autoridades y sus incondicionales-, que los alimentos que reparten; las mascarillas del Gore y hasta la desinfección de las calles no son actos de “bondad” o “desprendimiento” pagados con dinero del bolsillo por los titulares de las comunas o de la gobernación, sino obligaciones que deben cumplir como autoridades cuya responsabilidad es administrar con eficiencia los recursos de todos los piuranos.
Aprovecharse del poder y cargo hoy es despreciable y un delito.