Por: Melany Ferreyra / Analista de Videnza Instituto
Para garantizar una atención de salud completa no basta con contar con centros médicos. Es indispensable que estos funcionen de manera eficiente: que dispongan del personal suficiente, del equipamiento adecuado y de un abastecimiento oportuno. Lamentablemente, esta no es la situación de Piura. A julio de este año, la región registra apenas 6.8 médicos del sector público por cada 10 mil habitantes, lo que la convierte en la segunda con menor disponibilidad, ubicándose muy por debajo del promedio nacional, que alcanza 9.8.
Otro factor que encuentran los piuranos, aun cuando logran ser atendidos y se les entrega una receta, es que no tienen la certeza de que podrán acceder a sus medicamentos de manera oportuna. A agosto de 2025, los establecimientos de salud públicos de Piura solo contaban con el 63.8% de medicamentos esenciales, la media nacional era de 84.8%. Esta situación resulta especialmente perjudicial para los pacientes con necesidades urgentes, quienes muchas veces terminan pagando precios elevados en farmacias privadas o recurriendo a productos de dudosa procedencia.
Asimismo, cuando los pacientes requieren hospitalización, se enfrentan a la escasez de camas disponibles. A julio de 2025, Piura contaba con apenas 0.73 camas hospitalarias por cada mil habitantes, frente al promedio nacional de 1.17. No sorprende, entonces, lo que refleja la ENAHO sobre la percepción de la población respecto a la atención en salud: en 2024, solo el 46.4% de piuranos acudió a un establecimiento de salud cuando lo necesitaba, por debajo de la media nacional de 55.7%.
La reciente culminación de la construcción del Almacén Especializado de Medicamentos del Alto Piura es una buena señal para empezar a revertir esta situación, esta debe ser acompaña de una gestión eficiente que garantice su verdadero impacto. En una región donde la pobreza sigue 7.7 puntos por encima de prepandemia (31.9% en 2024 frente a 24.2% en 2019), la salud no puede seguir representando un alto gasto de bolsillo para las familias. Por ello, la atención en salud debe ser una prioridad impostergable para las próximas autoridades, porque de ella depende la calidad de vida y el futuro de los piuranos.
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