Los modelos predictivos son imprescindibles para acercarnos a los consumidores y entenderlos mejor. Se trata de una herramienta que determinará el futuro de las compañías. Para aplicarlas de forma correcta, es necesario bucear en la información personal de los usuarios del segmento deseado. Sin embargo, ¿cuál es el límite de esta búsqueda? ¿Qué podría determinar en este ámbito que el consumidor nos aborrezca y se convierta en un efecto boomerang de un solo golpe?
1) En los años 90, surgieron términos relacionados con el análisis de información recopilada en internet como big data y cookies, además de los primeros espacios sociales en la red, como Geocities, Classmates y Six Degrees. En este periodo se recolectó gran cantidad de datos pensados para un uso netamente funcional de softwares y sistemas de e-commerce. Sin embargo, las agencias de publicidad identificaron otras oportunidades de uso y se ganaron la confianza de las empresas, a medida que cada vez más personas accedían a Internet.
Desde el 2000 en adelante, la tecnología, las innovaciones y el uso de internet cobraron otra magnitud. Es en ese momento en que el consumidor se convirtió en una fuente inagotable de información porque maneja las redes sociales, tiene un teléfono táctil con acceso a internet y posee una computadora que le permite navegar con libertad. Era un ser abierto a la tecnología y muy colaborativo con ella: quería decir mucho y experimentar.
En la mayoría de casos, este consumidor no se percató de que las empresas comenzaron a diseñar patrones o perfiles de usuario en base a sus preferencias de búsqueda, que luego les permitiesen navegar con comodidad por internet. Al mismo tiempo, esas mismas compañías empezaron a colocar anuncios y a emplear diversas herramientas publicitarias que motivasen a los internautas a comprar determinados productos o servicios.
2) Las redes sociales son espacios esenciales para que las personas puedan informarse y comunicarse entre sí. Por esa misma razón, también es el canal donde más publicidad reciben. Con el avance de la pandemia en el Perú, su uso registró un aumento explosivo, con búsquedas orientadas al entretenimiento y recomendaciones de compra. Una encuesta de Ipsos, en junio de 2020, en la que se entrevistó a personas de 18 a 70 años, evidenció el peso de cada red social y la importancia de dirigir la comunicación a través de ellas.