La carta presentada por tres congresistas aliados de Pedro Castillo responsabilizándolo por la crisis institucional que agobia al país, podría ser un síntoma de que el cerco protector que lo mantiene hasta ahora en el poder empieza a debilitarse.
En resumen, lo que sus propios amigos izquierdistas de Cambio Democrático le han dicho es que si bien es cierto hay quienes desde antes de su llegada a Palacio intentan sacarlo del camino -ahora con una tercera moción de vacancia-, también es verdad que él y quienes designa en los ministerios, están propiciando la crisis política.
Ya sea por la poca capacidad de gestión o porque su Gobierno no muestra un compromiso claro a la hora de marcar distancia de la corrupción, la ciudadanía no confía ni se siente representada por un presidente desconectado de los problemas y urgencias de la población.
La victimización, el recurso del “complot” de la oposición o de la “nueva modalidad de golpe de estado” es una carta que rápidamente perdió fuerza ante la “magnitud de los indicios” en su contra, pero también porque nunca responde, cambia de tema o solo ataca a quienes lo investigan.
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Probablemente en los próximos días encuentre una nueva cortina de humo para distraer el creciente descontento, mientras se asegura de que asciendan los generales de la Policía que le aseguren lealtad-impunidad. Sin embargo, es consciente de que los discursos y promesas populistas no le servirán de nada cuando no haya combustible en los grifos, suban aún más los alimentos, medicinas, repuestos, fletes, etc. La reciente inyección de mil millones de dólares a Petroperú no es más que un intento de suavizar el descontento creciente en cada vez más sectores.
Y es que el salvavidas lanzado a la desacreditada petrolera solo es un paliativo, evitará el desabastecimiento por un tiempo, pero en algún momento la crisis del combustible propiciada por él mismo -al privilegiar la ineptitud en una empresa eminentemente técnica- le pasará factura.
Ni siquiera eso. Antes que recrudezca el fantasma del desabastecimiento de combustibles (Petroperú abastece a menos del 40% del mercado), la calle ya empieza a pedir cuentas. Para este 5 de noviembre ha sido convocada la gran marcha nacional exigiendo la salida de Castillo. Se reavivó el bloqueo de mineros en el sur y Piura se alista para volver a las calles por su hospital de alta complejidad.
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