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Arrieros somos
septiembre 4, 2020
Autor: Victor Palacios

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Esa noche en el Maloca, a orillas del río Amazonas, en Iquitos, ocurrió lo inesperado. El Perú estaba en conflicto con el Ecuador y se peleaba en la Cordillera del Cóndor. Nos dirigíamos hacia allá enviados por la revista “Caretas”. Yo y Fernando Yovera.

Entramos al Maloca, esa noche para tomar unas cervezas y, desde allí, contemplar, en medio de la oscuridad y de la nada, el Amazonas. De repente, alguien, desde el fondo, nos levantó la mano y no bien terminó de hacerlo, lo vimos caminar hasta nuestra mesa. Parado delante de ella nos dijo: “Yo soy de Piura y creo que usted también lo es; yo lo he visto allá.”

Años después, saliendo a las 6 de la mañana de las aguas termales de los Baños del Inca, en Cajamarca, nos detuvimos, para curiosear, en la entrada de una piscina que había al costado y que, a esa hora, ya estaba abierta al público. Nadando había como media docena de personas. Conversando con el policía municipal que la vigilaba, éste nos dijo que él no era de Cajamarca. ¿Y de dónde eres?, le preguntamos. “Yo soy de Piura, señor”, fue su respuesta.

Una noche, en Moquegua, estabamos dando vueltas por su Plaza de Armas y en una de esas nos desviamos para ir a buscar una bodega en donde la noche del día anterior nos habían vendido pisco. Nos dimos cuenta tarde que habíamos tocado la puerta equivocada. La persona que se asomó nos aclaró enseguida: “No. Aquí sólo vendemos helados. Al costado es donde ven pisco.

Cuando ya nos retirábamos ella alcanzó a preguntarme: “¿De dónde es usted? De Piura, le dije. “Qué bueno. Yo estuve casada con un piurano y he vivido allá más de 25 años hasta que enviudé. Recién acabo de regresar a mi tierra”, nos dijo. Unos días después, pasando por Ilo con dirección a Tacna, nos llamó la atención la pequeña iglesia de este puerto. Anochecía y nos sentamos en una banca a contemplarla desde allí.

Y estábamos en eso cuando una mujer de mediana edad y bajita se nos acercó a ofrecernos chicles, caramelos y cigarrillos. ¿Qué hago acá?, preguntas. Mirando tu iglesia. ¿Y tú dónde vives? “Ve allá esas lucecitas. Allá vivo. ¿Y usted?”. No soy de acá; soy de Piura. “No me diga. Yo también soy de Piura”.

No hay un lugar en el Perú en donde uno no se encuentre al paso con un piurano. Tampoco hace falta salir a buscarlo para que se produzca ese encuentro. Viene o llega como obedeciendo a un extraño conjuro.

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Victor Palacios
Editor web de El Tiempo y La Hora. Periodista y fundador del equipo digital del diario El Tiempo. Comunicador con experiencia en Marketing Digital, Data Analyst, SEO, Web Design, Email Marketing e Ecommerce.
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