Se sabe que en la liberación del etnocacerista, Antauro Humala, que hoy se pasea en campaña proselitista, se cometieron una serie de irregularidades en el Inpe. ¿Alguien con poder y desde fuera deseaba su libertad… por qué y para qué? Una hipótesis es que querían desviar la atención de la opinión pública centrada en las andanzas de Pedro Castillo, sus socios y sus Niños. Otra, que necesitan de un extremista para pasarle el poder.
Lo intrigante es que Antauro no trabaja, no tiene hoy oficio ni ingresos conocidos, pero se la pasa recorriendo pueblos y movilizando a “sus reservistas”. Un grupo de ellos llegó a Lima con una misión: cerrar el Congreso que hoy tiene alta desaprobación, sin embargo, Pedro Castillo tiene siete investigaciones y una denuncia Constitucional, pero contra este, los etnocaceristas, que se dicen moralizadores, no dicen nada. ¿Quién paga esta movilización?
Algunos analistas políticos están seguros de que existe una alianza entre Castillo y Antauro. Este sería el operador político financiado con dinero público para hacer el trabajo político que libre a Castillo de los sabuesos de Fiscalía. Cierto o no, Antauro agita el avispero y ya se siente presidente.
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