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«Andan al hambre»

septiembre 29, 2025
Autor: Redacción El Tiempo
Andan al hambre

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Por: José Neyra M. / Director 

La presente campaña electoral en el Perú, que hace rato empezó en los suburbios y villorios más humildes de nuestra región y el país, tiene todos los vestigios de oler a desesperación. Hoy más de 10 mil candidatos -sí, diez mil atormentados- pululan como abejas a la miel buscando un voto, un like o un abrazo consuelo de conveniencia.

Lo pintoresco es que estos aspirantes saben que gran parte de la población no les cree ni los apoya, pero igual insisten, como si la negación colectiva fuera un deporte nacional. La escena se vuelve tragicómica, ya que los lobos disfrazados de ovejas intentan con todos sus recursos (legales e ilegales) congraciarse con los jóvenes de la generación Z, esos mismos que han tomado las calles para gritar su repudio al Congreso y al Gobierno de Dina Boluarte la semana pasada, pero que también le han puesto cerco eléctrico a los políticos (58% según encuesta CIOP-Udep, rechaza las ideologías y a los políticos).

Pese a todo ello, el espectáculo que montan en plazas y calles es patético. Como ejemplo, en la última marcha de jóvenes en Lima, López Chau, el zurdo que confunde protesta con casting, se plantó en medio de la marcha con sonrisa de campaña y mirada de quien cree que los jóvenes son un público cautivo y bobo. ¿El resultado? Lo abuchearon como a mal actor de teatro. Otro, Yonhy Lescano, con sueños presidenciales más largos que su historial de promesas incumplidas, también se coló entre los indignados, con astucia y oportunismo. Ni siquiera los memes lo salvaron.

Martín Vizcarra, maestro de la cautela cínica, prefirió no arriesgar su traje a rayas y lanzó su apoyo desde Instagram, como quien manda flores a un funeral ajeno, “¡Ánimo, jóvenes!”, escribió tímidamente esperando una lluvia de insultos en las redes. Hasta Manuel Merino -el del “cinco días de gloria”-, y la congresista Ruth Luque se atrevieron a teclear lisonjas en las redes. Los comentarios, claro, fueron un festival de burlas, memes y recordatorios de sus propios fracasos. Como ellos, muchos más pajarracos se sumaron a la ola de halagos, vítores y aliento con intención clara, pero reprimida: ser parte de esa generación para arrancarles un “voto” que los coloque en la gloria del poder.

El rechazo a los políticos, sin embargo, no es exclusivo de los peruanos. En Chile, la generación de Boric tomó las calles y jubiló a partidos tradicionales en cuestión de meses. En Colombia, el uribismo que parecía eterno se desplomó cuando los jóvenes salieron a protestar contra la violencia y el desgobierno. En México, Peña Nieto fue triturado por estudiantes que le recordaron que las redes no perdonan. En España, Podemos y Vox germinaron del hartazgo juvenil. El patrón se repite: el voto rebelde y escéptico ya no responde a banderas viejas.

¿qué pasa?

La respuesta es simple; la generación Z, esos que han crecido viendo caer presidentes como fichas de dominó, no solo desconfía, ahora repudia y la historia nos lo recuerdan. En Perú, la juventud no quiere discursos; quiere desaparición de los mismos rostros cínicos y acomedidos por intereses ruines.

El problema es que estos lobesnos políticos con cola de lagarto no entienden. Han convertido hasta los velorios en mitines, los dramas humanos en spots publicitarios (como la congresista esa que nos cayó por el Bajo Piura, dice que trayendo de vuelta a una joven madre perdida o aquellos otros que después de años de haberse mudado a vivir Lima porque fueron elegidos congresistas, se acuerdan otra vez que existe Piura); todos ellos están transformando las reuniones de barrio en escenografías de telenovela política. Van casa por casa como vendedores de enciclopedias en la era de Google, ofreciendo soluciones que nadie les pide.

Lo cruel de esto es que cuanto más se esfuerzan por parecer cercanos, más evidencian su distancia sideral y conexión emocional con los jóvenes de hoy. Andan al hambre, dirían mis paisanos bajopiuranos, sí, pero con hambre de poder que no se sacia con abrazos forzados ni selfies con jóvenes que los miran como a virus de Covid-19. La generación Z no vota por lástima. Y eso… les está causando pesadillas y escozor de fundillo, las encuestas de CPI respaldan este comentario (50% de peruanos no sabe ni opina sobre los actuales candidatos). Bienvenidos al karma electoral.

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Redacción El Tiempo
Redacción El Tiempo. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario El Tiempo. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Piura, el Perú y el mundo.
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