A pesar de que siempre se dice que debajo de todos los problemas sociales que tiene el Perú está la carencia de un efectivo desarrollo cultural de la población ninguno de los candidatos que aspiran desde distintas trincheras a ceñirse la banda presidencial hace alusión a una propuesta en favor del diseño de una nueva política cultural del Estado.
Reiterando siempre sobre la lucha contra la pandemia y los graves estragos que causa en la población; el requerimiento de una nueva carta constitucional; la persecución de la delincuencia común. Entre estos temas coyunturales, la cultura es la gran ausente (como siempre) en los planes y programas que los políticos profesionales y los candidatos eventuales exhiben ante los ojos de los ciudadanos.
El Perú está viviendo tiempos de tragedia. Es cierto que a causa de un apocalíptico virus se ha evidenciado la deficiencia de los sistemas de salud pública porque los gobiernos que se sucedieron en la Casa de Pizarro no invirtieron lo suficiente en la construcción de modernos hospitales y funcionales postas médicas en todo el país, ni en equipos básicos para estas emergencias ni en la especialización de los médicos del Ministerio de Salud y de ESSALUD. Tampoco nuestros gobernantes se preocuparon lo necesario por la Educación Pública para una población escolar cada año más numerosa. Estos son, entre otros, los temas políticos del momento.
Pero ¿y la Cultura qué? ¿No somos acaso un país con grandes carencias culturales, tanto materiales como inmateriales? ¿Qué nos espera para cuando la pandemia haya desaparecido y advirtamos que los bienes culturales de la nación han sufrido daños cuantiosos? Es verdad tenemos delante a una generación de jóvenes valores en todos los campos del arte, la música, la literatura y la danza. ¿No sentimos acaso que el Ministerio de Cultura es un ente burocratizado y centralista? Un ente oficial que algunas veces, entre otras acciones mediáticas, patrocina descaradamente a personajes faranduleros (como Richard Swing) cuando tenemos genialidades en todos los campos del espíritu que están a la espera de una ayuda económica de los titulares del pliego.
Por otra parte, encontramos al patrimonio arqueológico y monumental de la nación amenazado de ruina en muchos lugares. ¿A cuál de los ciudadanos que pretenden gobernar el Perú le importa dar un vuelco cultural para que los peruanos de todos los sectores sociales -en todas las regiones- tengan acceso a las fuentes históricas y al desarrollo de sus habilidades intelectuales y artísticas?