El norte peruano guarda un rincón donde el sol nunca falta, la gente recibe con una sonrisa y la naturaleza deslumbra en cada rincón. Tumbes, el departamento más septentrional del Perú, se presenta como una de las mejores opciones para visitar durante octubre, un mes ideal para aprovechar su clima cálido y presenciar el final de uno de los espectáculos más fascinantes del Pacífico: el avistamiento de ballenas jorobadas.
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¿Por qué octubre es un mes especial para visitar Tumbes?
Situado a 1,256 kilómetros al norte de Lima y en la frontera con Ecuador, Tumbes es el único departamento de la costa peruana con un río navegable, el río Tumbes, acompañado por el río Zarumilla, que fluye en temporada de lluvias. Aunque su clima soleado invita a visitarlo todo el año, octubre marca el cierre de la temporada de ballenas jorobadas, un motivo que atrae cada vez a más viajeros nacionales y extranjeros.
Entre los meses de julio y octubre, miles de turistas llegan a la región —en especial desde Ecuador— para observar, desde embarcaciones autorizadas, los saltos y acrobacias de estas majestuosas criaturas que migran desde la Antártida hacia las cálidas aguas del Pacífico norte para reproducirse.
Las ballenas jorobadas, llamadas así por la curvatura de su espalda al sumergirse, pueden alcanzar entre 13 y 16 metros de largo y pesar más de 30 toneladas. Suelen vivir hasta 50 años y son consideradas las más acrobáticas entre las especies marinas. A menudo se agrupan para pescar, ofreciendo un espectáculo natural impresionante al emerger y sumergirse en el océano, mientras emiten melodías submarinas que se escuchan a cientos de kilómetros de distancia.
Cada año, entre 5,000 y 7,000 ejemplares llegan al norte peruano, luego de recorrer cerca de 6,000 kilómetros desde la península antártica, lo que convierte a Tumbes en un punto privilegiado para los amantes de la naturaleza y la fotografía.
Principales atractivos turísticos de Tumbes
Además de su riqueza marina, Tumbes ofrece una variedad de destinos naturales, arqueológicos y culturales que lo consolidan como un lugar imperdible para quienes buscan aventura, descanso y contacto con el entorno.
Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes
Creado en 1988, este área natural protegida abarca casi 3,000 hectáreas en la provincia de Zarumilla. Alberga el mayor ecosistema de manglares del Perú, donde confluyen aguas dulces y saladas, generando un hábitat vital para numerosas especies de aves, peces y crustáceos.
En este santuario, los visitantes pueden recorrer canales en canoas o kayak, observar aves, participar en actividades de turismo vivencial y conocer el Centro de Interpretación El Algarrobo, donde se aprende sobre la importancia ecológica del manglar.
También se puede visitar Puerto Pizarro, a 15 kilómetros de la ciudad de Tumbes, famoso por su zoocriadero de cocodrilos con más de 300 ejemplares.
Parque Nacional Cerros de Amotape
Declarado en 1975, el Parque Nacional Cerros de Amotape combina el bosque seco tropical con colinas de la cordillera norperuana, formando parte de la Reserva de Biósfera del Noroeste. Este espacio natural acoge una impresionante biodiversidad, con especies como el algarrobo, el guayacán, el tigrillo, el oso de anteojos y el cóndor andino.
El parque ofrece circuitos de caminata y paseos en bote por el cañón del río Tumbes, ideales para los amantes del ecoturismo y la observación de fauna silvestre.
Zona Arqueológica Monumental Cabeza de Vaca
Ubicada en el distrito de Corrales, esta zona arqueológica constituye un importante legado de la cultura inca y chimú. El complejo destaca por su Huaca del Sol, una pirámide trunca de 15 metros de altura construida con adobes, símbolo del pasado ceremonial de la región.
Su valor histórico y arquitectónico lo convierte en una parada obligatoria para quienes desean conectar con las raíces prehispánicas del norte peruano.
Aguas termales “Hervideros”
Estas pozas naturales, formadas por aguas termales en ebullición, están asociadas con propiedades medicinales. Su entorno natural y la tranquilidad del lugar invitan al relax y al descanso.
Playas paradisíacas: Punta Sal, Bocapán y Cancas
Tumbes es también sinónimo de sol y playa.
Punta Sal, una de las más extensas del país, deslumbra por su arena blanca y fina y sus aguas tibias durante todo el año. Es perfecta para practicar surf, buceo o pesca deportiva.
A solo 27 kilómetros de la ciudad se encuentra Bocapán, un balneario de aguas serenas y oferta hotelera creciente, ideal para quienes buscan comodidad frente al mar.
Más al sur, Cancas completa el trío de playas soñadas: una ensenada natural en forma de herradura donde es posible avistar tortugas, delfines y ballenas, además de disfrutar de su exquisita gastronomía marina y artesanía local.
Un destino para todo el año
Ya sea por su biodiversidad, sus tesoros arqueológicos o su hospitalidad inigualable, Tumbes se posiciona como uno de los destinos más encantadores del Perú. Pero si hay un momento perfecto para descubrirlo, ese es octubre, cuando el sol brilla sin descanso y el mar se llena de vida con las últimas apariciones de las ballenas jorobadas.
Visitar Tumbes en esta época es vivir una experiencia donde el mar, el bosque y la historia se unen para ofrecer un viaje inolvidable.











