En la primera sesión del año del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, la presidenta Dina Boluarte planteó la necesidad de aplicar la pena de muerte contra los delincuentes que acaban con la vida de personas.
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“Pido a la clase política a debatir seriamente esta posibilidad. Una decisión de esta importancia necesita la participación de todos […] Como Gobierno no hacemos nada para distraer la atención. Esto no es una cortina de humo, es un acto de responsabilidad histórica”, señaló la mandataria.
Contrario a lo que se piensa, la pena de muerte sí se está vigente en el país, sin embargo, solo para el delito de traición a la patria en tiempos de guerra. Es la única excepción, sin embargo, la jefa de Estado propone ampliar sus alcances.
Para el abogado constitucionalista, Lucas Ghersi, la medida es populista, no tiene asidero legal y no tendría el efecto esperado tomando en cuenta el tiempo que tardaría en aplicarse luego de agotar los recursos de apelación.
“El Perú ha firmado la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la cual le prohíbe a nuestro país aplicar la pena de muerte a cualquier cosa, excepto la traición a la patria en tiempos de guerra. Si Dina Boluarte quiere aplicar la pena de muerte, tiene que denunciar este tratado y no lo ha hecho. Eso demuestra que la presidenta no tiene ninguna intención de verdad aplicar la medida”, manifestó Ghersi.
De acuerdo a su criterio, se trata de una declaración distractiva a la población sin tocar los temas de fondo como la estrategia contra la inseguridad.
“Lo que está haciendo [la presidenta] es engañar a la opinión pública. Si ella lo quisiera aplicar, mañana podría denunciar el pacto. Hay ganas de pasear a la población”, apuntó.
No es práctico
De otro lado, Ghersi considera que la vigencia de esta medida, tampoco sería práctico para generar un impacto entre la delincuencia.
“La pena de muerte no es siempre algo bueno. La pena demora mucho en aplicarse. Hay un proceso penal que es muy largo, después podría haber demandas de Hábeas Corpus. Es decir, si un crimen se comete hoy, la pena de muerte recién se estaría aplicando entre 8 a 10 años”. destacó el abogado.
Ghersi también señala que se debe tomar en consideración que el Poder Judicial peruano también se equivoca.
“A veces el Poder Judicial comete errores y si se aplica la pena de muerte, matas a una persona y eso es un daño irreparable. Lo que plantearía, es que haya una pena que se ejecute muy rápido y que sea disuasiva. Más impactante que la pena de muerte, sería la eliminación de todo tipo de beneficios penitenciarios a la gente que comete extorsión y que sean enviados a una prisión segura y alejada”, enfatizó Ghersi.