Durante el 2025, el Perú ha registrado más de 800 sismos, una cifra que confirma la alta actividad sísmica que caracteriza al país. La mayoría de estos eventos se han producido en la franja costera, situación que se explica por la ubicación del territorio nacional dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas con mayor liberación de energía sísmica a nivel mundial.
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Zonas con mayor vulnerabilidad sísmica en el Perú
Especialistas en geofísica advierten que la región costera es la más expuesta a sismos de gran magnitud debido al constante choque de placas tectónicas frente al litoral. Dentro de este sector, la Costa Verde ha sido identificada como uno de los puntos más críticos, por la inestabilidad de sus acantilados y las características del suelo. Las autoridades exhortan a la población que transita o reside cerca de estas áreas a mantenerse atenta ante cualquier señal de riesgo.
Sismo en Chimbote recordó la importancia de la prevención
El informe anual de actividad sísmica detalla que uno de los eventos más relevantes del año ocurrió el 27 de diciembre en Chimbote. El movimiento telúrico alcanzó una magnitud de 6 y fue percibido con fuerza en diversas ciudades del norte y centro del país, generando momentos de preocupación entre la ciudadanía. Aunque no se registraron víctimas mortales, el episodio volvió a poner en evidencia la necesidad de fortalecer la cultura de prevención ante este tipo de fenómenos naturales.
Avances en el sistema de alerta temprana
Frente a este escenario, el Instituto Geofísico del Perú informó que continúa con los trabajos para poner en marcha el sistema de alerta temprana de sismos. Si bien el proyecto enfrentó retrasos como consecuencia de la pandemia, actualmente se avanza en la instalación de sensores especializados. De acuerdo con la entidad, las primeras pruebas oficiales de este sistema de comunicación están programadas para el año 2026.
Recomendaciones clave ante los constantes sismos
Los especialistas recomiendan que las familias identifiquen previamente las zonas seguras dentro de sus viviendas y definan rutas de evacuación hacia espacios abiertos. También es importante conocer el tipo de suelo donde se encuentra la construcción, ya que este factor influye directamente en el comportamiento de la estructura durante un sismo.
Asimismo, se aconseja fijar correctamente muebles y objetos pesados que puedan desprenderse y causar accidentes. La práctica regular de simulacros en casas, colegios y centros de trabajo permite mejorar la capacidad de respuesta en situaciones de emergencia.
Contar con una mochila de emergencia es otro aspecto fundamental de la preparación. Esta debe incluir agua, alimentos no perecederos, un botiquín de primeros auxilios, una linterna y una radio a pilas para mantenerse informado en caso de interrupción de los servicios básicos.
Las entidades de gestión del riesgo insisten en que la prevención es la herramienta más eficaz para reducir daños y proteger vidas. Un sismo de gran magnitud puede ocurrir en cualquier momento, por lo que estar preparados marca la diferencia entre una evacuación ordenada y situaciones de alto peligro para la población.
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