El pasado jueves 10 de marzo, la lobista Karelim López se acercó nuevamente a la Fiscalía de Lavado de Activos para ampliar su cataclísmica manifestación de colaboradora eficaz, la misma que comprometió al presidente Pedro Castillo como integrante de “una mafia” en el Ministerio de Transportes. Y en esta última declaración hizo más revelaciones.
López contó a la fiscal Luz Taquire, que ha recibido presiones desde el gobierno para abandonar su colaboración.
Detalló que el martes 8, llegó a sus manos un documento en el que se le hacían ofrecimientos a cambio de limpiarla de cualquier indagación. Según su versión, el planteamiento llegó de “un personaje cercano al primer ministro Aníbal Torres”.
En ese escrito se le exigió denunciar a la fiscal Taquire y a su jefe, el fiscal coordinador Rafael Vela, por la filtración de su testimonio.
Además, le aseguraban que al hacer esto, su caso pasaría a la Fiscalía Anticorrupción, que dirige Omar Tello, y que “en seis meses quedaría fuera de las investigaciones” porque “no tenía nada que ver en ello”.
La otra exigencia era que se desvincule de su abogado César Nakazaki porque “trabajaba por indicaciones de Keiko Fujimori”.
En su primera declaración como colaboradora, López ya había referido al fiscal Tello y a la función que este cumpliría para evitar que Castillo y su entorno sea investigado. Y todo con la anuencia de la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, según su testimonio.
Ávalos se enteró hoy de estos detalles a través de un informe que Vela le elevó. López se comprometió a entregar mañana en diligencia el documento que recibió con estas presiones.
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