Con el proceso electoral ya en curso y a pocos meses de los comicios generales de 2026, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) resolvió no aplicar el voto digital en las elecciones de abril. La decisión supone un freno a una de las principales reformas planteadas en materia electoral, luego de que el organismo emitiera una opinión técnica desfavorable sobre la factibilidad del sistema desarrollado por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
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El máximo ente electoral informó que, tras evaluar la Solución Tecnológica de Voto Digital (STVD), concluyó que esta aún no cumple con los requisitos indispensables para un proceso de alcance nacional. Si bien el JNE destacó el trabajo técnico y el profesionalismo del equipo de la ONPE, precisó que el sistema no ofrece, por ahora, las garantías necesarias de integridad, seguridad y confianza ciudadana.
Según el pronunciamiento oficial, el Pleno del JNE determinó que la propuesta “no es viable para su aplicación inmediata” en las Elecciones Generales 2026, debido a los riesgos identificados durante la auditoría técnica. Entre los principales cuestionamientos figura el nivel de desarrollo del sistema, que todavía no cuenta con mecanismos de seguridad suficientes para asegurar que el voto exprese de forma libre y auténtica la voluntad de los electores, ni que el escrutinio refleje con exactitud y oportunidad los resultados.
Otro factor clave fue el tiempo. El JNE recordó que el cronograma electoral es preclusivo e improrrogable, lo que impide realizar ajustes de fondo, pruebas adicionales o correcciones estructurales a una plataforma que requiere altos estándares de validación y confianza pública. En ese contexto, advirtió que una implementación apresurada podría afectar la credibilidad del proceso y poner en riesgo principios que el organismo tiene el mandato constitucional de proteger.
La decisión contrasta con el impulso que la ONPE había dado al voto digital en los últimos meses, presentándolo como una alternativa voluntaria y equivalente al sufragio tradicional, orientada a modernizar el sistema electoral y facilitar la participación. No obstante, el JNE aclaró que su evaluación no desconoce ese objetivo de largo plazo y reconoció el potencial del voto digital para futuros procesos, siempre que se den las condiciones técnicas y de seguridad adecuadas.
Tras conocerse el informe desfavorable, la ONPE adelantó que emitirá un pronunciamiento oficial. Su respuesta permitirá conocer si el organismo electoral continuará desarrollando esta modalidad para elecciones posteriores o si replanteará su estrategia tecnológica.
Desde el análisis técnico, el especialista en derecho electoral José Naupari consideró que la decisión del JNE es acertada y responde a una lectura realista del contexto y de los plazos electorales. Señaló que el impulso al voto digital se dio demasiado cerca del calendario electoral y recordó que el registro voluntario comenzó en octubre, cuando lo ideal hubiera sido contar previamente con la certeza de que el sistema era plenamente seguro y viable.
Naupari descartó que el pronunciamiento implique un rechazo a la tecnología y resaltó que la actual gestión del JNE ha promovido activamente el uso de herramientas digitales en la justicia electoral. A su juicio, se trata de una decisión responsable y administrativa, orientada a evitar escenarios más complejos, como la eventual nulidad de mesas de votación digital sin el aval del Pleno.
Finalmente, el especialista llamó a la prudencia política y pidió que el tema no sea utilizado para generar cuestionamientos o conflictos innecesarios en pleno proceso electoral. Recordó que, si bien existió presión para implementar el voto digital en sectores como las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, ningún mecanismo puede imponerse sobre los principios esenciales del derecho al sufragio, como el voto libre, secreto y auténtico.












