La creciente inseguridad en el país no solo le quita tranquilidad a los peruanos sino también su dinero de forma directa o indirecta por los gastos en seguridad y la pérdida de oportunidades de inversión.
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De acuerdo a la economista y directora ejecutiva de la Red de Estudios para el Desarrollo (Redes), Mónica Muñoz-Nájar este costo puede estimarse en S/1.300 al año que pagan todos los peruanos de una forma u otra por el problema de la ola de delincuencia que sacude al país.
“Hay un Índice de Paz Global que calcula la violencia relativa que hay entre los distintos países. Ahí no solo se incluye la inseguridad ciudadana, sino también el narcotráfico y violencia general. Ahí [el costo de la inseguridad] llega hasta el 5% del total del PBI. Esta es una estimación reciente y el IPE (Instituto Peruano de Economía) cuando divide ese 5% entre la cantidad de población, te sale que esto cuesta S/1.300 a cada peruano”, afirma.
Explica que se trata de una sumatoria de los costos directos e indirectos relacionados con el avance de la delincuencia en el territorio nacional.
“Los costos directos son los gastos por las pérdidas que se tienen al reponer un robo de celular o pagar una extorsión. También hay costos por el cambio de comportamiento de personas y de empresas. Se compran cámaras [de vigilancia], instalan rejas, se paga vigilancia, se viaja en taxi y otros. Estos son costos directos de la inseguridad ciudadana”, sostiene la especialista.
Menos empleo
A esto se suman los costos indirectos provenientes de la espiral de violencia que frena un mayor crecimiento del país con menos demanda de productos, inversión y contratación de mano de obra.
“[Luego] tienes el tema de los costos indirectos que es más [relacionado con] la estabilidad del país. Cuando tienes una economía con mucha inseguridad, se retrasan las decisiones de inversión y de consumo. La gente ya no quiere comprar tanto y las empresas ya no quieren invertir tanto, entonces por ahí tienes un impacto en el crecimiento del país, lo cual genera menos empleo. Si la gente ya no quiere ir a comprar a una galería [de un centro comercial] por que tiene miedo, entonces en la galería baja la demanda, se contrata menos gente y esto tiene un efecto multiplicador y se va perdiendo el empleo”, puntualiza.
Costo de la inseguridad representa el 3.1% del PBI
De acuerdo a una última información del BBVA Research, el costo de la inseguridad representa el 3.1% del Producto Bruto Interno (PBI), casi similar al promedio de crecimiento o mayor producción del país.
“Cuando sumas todos estos costos hay distintas estimaciones. La última que se tenía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) era de 2.7% del PBI (antes de la pandemia) que es mas o menos es lo que señala el BBVA, que acaba de estimar en un 3.1%. Aún no ha señalado la metodología, pero eso está más en la línea de hacia dónde se está yendo con algún otro costo”, aseveró la economista.
En esa línea, Muñoz-Nájar considera que este flagelo está frenando el crecimiento del país y por ende disminuyendo las posibilidades de desarrollo con más empleo e inversión formal.
“El Fondo Monetario Internacional en su última actualización de hace dos semanas nos ha ajustado [la proyección de crecimiento] por dos factores: seguridad e incertidumbre política por las elecciones. Ellos dicen que vamos a crecer solo el 2.7%. Sin duda podríamos crecer más si no se tuviera este problema”, indicó.












