Una supuesta actividad solidaria se convirtió en la fachada de una de las redes de extorsión más agresivas en el norte de Lima. De acuerdo con las investigaciones de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (DIVIAC) de la Policía Nacional, Erick Moreno Hernández, conocido como “El Monstruo”, habría puesto en marcha un sistema criminal que utilizaba la venta obligada de tarjetas de pollada para encubrir el cobro de cuotas a conductores y empresas de transporte urbano.
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Polladas falsas: Así operaba el cobro extorsivo
Según las diligencias policiales, la organización criminal imponía la compra de paquetes de entre veinte y cincuenta tarjetas de pollada, cada una valorizada en veinte soles. Las víctimas recibían llamadas y mensajes con instrucciones precisas: debían adquirir los boletos sin posibilidad de negarse. La negativa podía desencadenar represalias, por lo que la mayoría accedía ante el temor de sufrir ataques o daños a su unidad.
Aunque los extorsionados solo recibían entre cinco y diez polladas reales, estaban obligados a pagar el total del paquete. Las transferencias se realizaban a cuentas previamente designadas, que luego eran vaciadas o movidas rápidamente para diluir el rastro del dinero.
Una estructura que mezclaba amenazas, control territorial y lavado de activos
La Fiscalía contra la Criminalidad Organizada y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) lograron rastrear los depósitos y detectar un esquema cuidadosamente distribuido. La red utilizaba cuentas de terceros, algunas prestadas y otras obtenidas mediante coacción, para dispersar los fondos a través de sucesivas transferencias.
Las cámaras de vigilancia y los reportes de inteligencia revelaron que la organización tenía una división por zonas. Operadores asignados controlaban territorios específicos en Lima Norte, Comas e Independencia, asegurando que la recaudación continuara aun si uno de los integrantes caía. Esta estructura permitía que el esquema extorsivo se mantuviera activo de manera constante.
“El Monstruo” dirigía la red desde una prisión en Paraguay
Pese a encontrarse recluido en una cárcel de máxima seguridad en Paraguay tras su captura internacional, Moreno Hernández continuaba dictando órdenes. Su extradición pendiente no impidió que la red mantuviera el cobro de cuotas ni las amenazas contra transportistas y comerciantes. Las investigaciones señalan que los pagos seguían ingresando a cuentas vinculadas a familiares, allegados y testaferros.
La organización se reestructura: “Cachete” asume el liderazgo en Perú
Tras la detención de “El Monstruo”, la operación local quedó en manos de Jeff Jarol Hidalgo Infante, alias “Cachete”. El coronel Eric Ángeles, jefe de la DIVIAC, explicó que Hidalgo Infante sería actualmente el responsable de reorganizar la estructura criminal y mantener las actividades de extorsión.
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De acuerdo con la Unidad de Inteligencia Financiera, la red habría movido más de seis millones de soles desde 2023, utilizando múltiples cuentas receptoras para evitar su detección. Las autoridades continúan con las investigaciones para desarticular por completo esta red que, bajo la apariencia de una campaña benéfica, mantuvo atemorizados a cientos de transportistas en el norte de la capital.











