En una mañana que prometía ser rutinaria, el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez , corazón del tráfico aéreo peruano, se convirtió en escenario de un incidente que dejó más preguntas que respuestas. Una baldosa del techo, cayó abruptamente al piso en una de las áreas más concurridas, cerca del patio de comidas. El episodio ocurrió a las 7:50 a.m.
Un ciudadano, testigo presencial del suceso, narró cómo el material estuvo a punto de impactar sobre una persona que caminaba distraídamente bajo el techo. «Fue pura suerte que no cayera sobre alguien», comentó, con un tono que mezclaba incredulidad y preocupación.
«Este lugar está lleno de gente en cualquier momento del día. Imagínense lo que podría haber pasado».
El personal del aeropuerto reaccionó rápidamente, acordonando la zona para retirar los restos de la baldosa y evitar riesgos adicionales. Sin embargo, este gesto preventivo no logró disipar la sombra de inquietud que comenzó a extenderse entre los usuarios. Las miradas curiosas y los murmullos crecían mientras algunos viajeros se preguntaban: ¿Qué tan seguros estamos realmente en esta terminal aérea?
Este incidente llega en un contexto donde la seguridad estructural de espacios públicos ha sido puesta bajo la lupa tras eventos recientes, como el colapso parcial del techo del centro comercial Real Plaza en Trujillo . En ese caso, fallas atribuidas a problemas de diseño y mantenimiento dejaron heridos y expusieron graves deficiencias en la infraestructura moderna.
