Eddy Cruz Arce, cabecilla de la organización criminal peruana “Los Pulpos”, logró asentarse en Chile y obtener contratos con el Estado sin que sus antecedentes penales en Perú —por secuestro, robo agravado, extorsión y asociación ilícita— representaran un impedimento. Así lo reveló un reciente reportaje del programa Panorama.
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Durante más de cuatro años, Cruz trabajó formalmente en la Municipalidad de Recoleta en Santiago, dentro de la Dirección de Aseo y Ornato. Posteriormente, fue parte de la cooperativa Jatun Newen, entidad que se adjudicó licitaciones por casi 950 millones de pesos chilenos (aproximadamente 3 millones de soles), a cargo de servicios públicos como limpieza y mantenimiento urbano.
Infiltración criminal en servicios públicos
Aunque oficialmente figuraba como un socio más, periodistas chilenos y extrabajadores denunciaron que “Eddy Pulpo” ejercía el liderazgo operativo de Jatun Newen, controlando decisiones clave de la cooperativa. Las denuncias van más allá: se reportaron amenazas, atentados fallidos y asesinatos vinculados al entorno interno de la organización.
El caso ha generado alarma en ambos países al evidenciar cómo una figura clave del crimen organizado peruano pudo insertarse en el aparato estatal chileno sin que su historial delictivo fuera detectado por los sistemas de control.
Recoleta confirma vínculo y pide investigación
Ante las revelaciones, la Municipalidad de Recoleta reconoció haber tenido a Cruz Arce en su planilla y solicitó que el caso sea investigado por la justicia chilena. La situación ha abierto un debate sobre las fallas en los filtros de contratación pública y el riesgo de infiltración del crimen organizado transnacional en las instituciones estatales.











