La tarde del domingo 01 de setiembre de 2019 empezó la pesadilla de una familia del asentamiento Pueblo Nuevo de Los Órganos, Talara. Una niña de 14 años con habilidades diferentes, llamada Yadira Danitza Periche Espinoza, desapareció y desde entonces, no se sabe nada de ella.
Hoy, el día en que cumplen dos años de este terrible momento, Raquel Periche, la madre de la menor, dedica unas emotivas palabras hacia su pequeña, esté en donde esté:
«Hoy es un día muy triste para nosotros. Cumples 2 años de tu desaparición. Hasta el día de hoy no sé nada de ti, mi pequeña Yadira.
Dios, te sigo pidiendo que me hagas el milagro de volverla a encontrar. Ya no sé por dónde más buscarte, como todo los días te llamo para que comas, para que veas tus dibujos, te veo que estás jugando, veo tu ropa que huele a ti, mi bebe; y no dejo de llorar y decirle a los que te tienen que te dejen volver a tu casa, que ya no aguanto más la desesperación, va acabar conmigo.
Amigos y amigas, les pido de corazón que me sigan ayudando a buscar a Yadira, que algún día Dios me dé la dicha que alguno la va a ver y me va avisar. Dios, así como aparecen los niños haz que también aparezca la mía.
Mi familia, la seguimos esperando. Sus hermanitos le piden a mi Señor Todopoderoso y a la Madre de todos nosotros que nos siga dando la esperanza de verla. Señores que la tienen, no se ponen a pensar que mi Dios los puede castigar y mi hija va a quedar a la de Dios, sin tener a su madre y padre que la defienda. Es una bebe inocente que no sabe nada de esta vida y que le tocó vivir esta tormenta, nos toco vivir.
Dios, ¿por qué me has castigado a mí? ¿Qué te hice, en qué te ofendí, mi Señor? Te cambio mi vida por la de mi hija.
Te amo mi Yadira Danitza Periche Espinoza. La ‘totita’ WHERE idPosts= como le decías a mi madre, sufre mucho, te extraña mucho, no deja de pensar en ti.
Por favor, no dejen de llamarme a mi numero 943-371-972. Se lo agradeceré de todo corazón. No se que más decir a todas las madres que a sus hijas han sido raptadas, no perdemos las esperanzas de volverlas a encontrar. Que Dios nos dé la fuerza que necesitamos, la fe mueve montañas y la dicha de estar con ellas o ellos. Yadira, te voy a encontrar, no desmayaré hasta volverte a ver. Te extraño, mi bebé, mi reina.
Al suboficial, que no nos olvide y me siga ayudando, por favor, se lo imploro de todo corazón».