No hay justificación alguna para que una turba atacara y golpeara brutalmente a un operador de maquinaria hasta dejarlo inconsciente. Lo grave del tema es que el agraviado horas después falleció, probablemente, por las graves lesiones ocasionadas en la espalda (pulmones).
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El episodio ocurrió cerca de las cuatro de la mañana del domingo, cuando el también futbolista Olemar Morante Gonzales, de 36 años, acompañado de su esposa Teresa Frías y dos hijos retornaba a su vivienda situada en el sector San Jacinto, de La Legua.
Se inicia la tragedia
Según relata la afligida Teresa Frías, junto a su cónyuge y dos hijos retornaban de una fiesta familiar a casa. Cerca del Barrio Sur de La Legua, su esposo Olemar Morante tropezó accidentalmente con un joven, lo que originó el altercado.
Agrega la madre que A. Y. P., totalmente enfurecido, le dio una bofetada a su esposo iniciándose un feroz ataque en el que participaron varias personas, entre ellas el suboficial de la Policía Nacional, G. Y. G., y C. R., los mismos que salían de un quinceañero.
Gritos y llanto
En cuestión de minutos, cerca de 30 personas participaron del violento ataque contra Olemar Morante, quien al ver que sus hijos corrían serio riesgo, les gritó que no se metieran con ellos, debido a que iba a pedir apoyo a la Policía.
La esposa también denunció que un efectivo policial de civil se encontraba en el lugar, pero lejos de intervenir habría mencionado únicamente que era policía, sin hacer nada para detener la golpiza, incluso mientras los hijos de la pareja presenciaban la escena entre gritos y llanto.
Lo llevan al hospital
Tras el ataque, Olemar fue llevado inicialmente al hospital Reátegui, donde fue dado de alta pese a los dolores que presentaba. Sin embargo, el lunes su estado se agravó: tenía dificultad para respirar, por lo que fue trasladado de emergencia al Hospital Regional Cayetano Heredia.
Al agravarse su salud fue ingresado a UCI cerca de las 5:30 p. m., pero falleció aproximadamente media hora después del mismo lunes.
Un informe médico señala entre los diagnósticos una contusión pulmonar, presuntamente ocasionada por fracturas internas como consecuencia de los golpes.
Desde su vivienda, ubicada en la calle 5, sus familiares exigen justicia. Ellos portan carteles con mensajes como “Justicia para Olemar”, “Los culpables deben pagar” y “Que su muerte no quede impune”.
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