El Gobierno Regional de Piura (GORE) ha desatado controversia con su proyecto de ampliación de la avenida Don Bosco, una obra vial valorizada en más de 65 millones de soles. Este plan, que busca modernizar la infraestructura de la ciudad, implica la tala de 593 árboles, principalmente algarrobos, una especie emblemática de la región. La obra abarca desde el malecón Eguiguren hasta la avenida Raúl Mata, afectando tramos críticos donde ya se han eliminado decenas de árboles sin previo aviso a los vecinos.
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Impacto ambiental de la tala de árboles en Piura
La tala masiva de árboles en la avenida Don Bosco ha generado indignación entre los ciudadanos y organizaciones ambientalistas, como el colectivo Sembrando Vidas. Según denuncias, los trabajadores de la empresa contratista operan de madrugada, utilizando maquinaria pesada para arrancar árboles sin supervisión adecuada. “Actúan como si fueran delincuentes, sin transparencia ni consulta ciudadana”, señaló una vecina de la zona. Este proceder ha levantado cuestionamientos sobre la ausencia de entidades como Serfor o la Fiscalía del Medio Ambiente en el proceso.
En la primera fase del proyecto, se estima que ya se han talado más de 400 árboles, sin un plan claro de reubicación o reposición de especies. Aunque el expediente técnico menciona la siembra de plantas ornamentales, no detalla cantidades, tipos de especies ni condiciones de plantación, lo que agrava las preocupaciones sobre el impacto ambiental en una región vulnerable al cambio climático.
Falta de evaluación ambiental y participación ciudadana
El Colegio de Arquitectos de Piura y ambientalistas han criticado la falta de una evaluación ambiental rigurosa y la nula participación de la comunidad en la planificación de la obra. Los algarrobos, algunos con más de 50 años, cumplen funciones clave como regular la temperatura, reducir la contaminación y proporcionar sombra en una ciudad con temperaturas extremas. Sustituirlos con plantones jóvenes no compensa la pérdida ecológica, advierten los expertos.











