Piura.- Colectivos ciudadanos expresan su indignación porque, debido a la burocracia e ineficiencia estatal, hoy los piuranos cumplen un año más en riesgo ante próximas lluvias.
Un día como hoy, hace cuatro años, piuranos y castellanos presas del pánico, se despertaron, alertados por las sirenas y llamados de alerta porque el agua invadió calles, avenidas e incluso viviendas, destruyendo a su paso la esperanza en la vieja promesa estatal de obras de prevención.
Entre promesas vacías y desembolso de más y más millones, han transcurrido 48 meses desde ese aciago día y, según el representante de la Mesa de Lucha contra la Pobreza, Víctor Palacios, lo que vemos es una reconstrucción con sacos de tierra.
Como si la casualidad jugara en contra, la letal pandemia impide que las asociaciones de la sociedad civil, juvecos y representantes del Bajo Piura, vuelvan a las calles como en anteriores 27 de marzo, pero son cada vez más numerosos los reclamos y muestras de hartazgo de las familias que siguen viviendo en zozobra e incertidumbre cada vez que llueve, ante la indiferencia de funcionarios regionales, municipales y del Ejecutivo.
“Todo este tiempo se ha perdido. Han sido idas y vueltas, de contratos mal hechos, de consorcios, algunos sin maquinaria opereativa, que no dan la talla para poder construir y solventar los trabajos. Hasta el momento nosotros continuamos en zozobra. Hasta el año pasado hubo chance para que puedan hacer las obras porque no hubo lluvias, pero no lo supieron aprovechar”, indicó la presidenta de la Juveco de Miraflores, Flor Infante.
Para el representante de la plataforma Inundación Nunca Más, Fidel Torres, lo que ha primado en estos años es la ineficiencia de las autoridades para hacer las obras, a pesar que las familias claman para que que se hagan realidad.
“La población ahora solo siente pánico apenas escucha hablar de lluvias en la sierra, pues la ciudad está desprotegida. Sin embargo, aunque se hagan las mejores defensas se sabe que eso no es la solución, si no se hace el manejo de la cuenca del río Piura, siempre tendremos ese miedo de de volvernos a inundar”, indicó.
“No somos unidad ejecutora pero vamos a hacer un monitoreo de los trabajos de las defensas”, prometió para este informe el alcalde de Castilla, José Aguilar Silva.
Dijo que su comuna ha pedido acelerar las obras de defensas ribereñas para que la población no pueda volva a ser afectada cuando llegue un nuevo período lluvioso.
Cuatro años después del desastre el balance es muy negativo en una de las regiones más afectadas por el Niño Costero. En opinión del arzobispo de Piura y Tumbes José Antonio Eguren, la reconstrucción es un fracaso.
Los sacos en la ribera, los ladrillos en las puertas de los negocios y casas, las defensas inconclusas y refugios de evacuados, son señales de que la reconstrucción no camina.
Quizá el mejor homenaje del Estado a los piuranos cansados de ser burlados es cambiar a las autoridades responsables de que la ciudad tengan con el río una relación tormentosa y no amigable.
Análisis
Amalia Moreno, directora de la ARCC: Tramo I y II estarán listos para el 2022
Llegar a este 27 de marzo nos permiten hacer una reflexión de lo que sucedió en los tres años anteriores a la pandemia. Antes de la llegada de la crisis sanitaria se habían culminado 500 intervenciones en tres años y nosotros (directora de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios) ingresamos para aportar con fuerza en este trabajo articulado.
Apostamos por el convenio de gobierno a gobierno (G2G) y podemos decir que en un año con pandemia hemos hecho casi el mismo porcentaje de intervenciones y obras culminadas. Esto quiere decir que hemos aprendido a trabajar en conjunto y eso nos va a permitir reinventarnos y hacer realidad las obras.
Es verdad que ha habido un retraso, eso es cierto, pero hemos remontado la situación trabajando a través del convenio G2G, haciéndolo de manera articulada con los gobiernos locales. Mi mensaje dirigido a toda la población que hoy conmemora la inundación del 27 de marzo, es que miren con objetividad el trabajo que está haciendo la ARCC.
La Contraloría nos ha dicho que de las 638 obras que están en curso, solo cinco están paralizadas y eso es un indicador de que los gobiernos locales no están trabajando tan mal como se quiere informar.
Hacia el año 2022 tendremos el tramo I y II concluidos porque estamos trabajando con el GORE. La empresa que se ha hecho cargo (del saldo de obra del tramo II) ya está lista para iniciar los trabajos cuando el caudal del río se reduzca.