En el Día del Maestro queremos contarte la historia de Ramón García y el proyecto “Mi Colegio Alfabetizador”, por la noble labor alfabetizadora que vienen realizando, desde hace 15 años, en adultos de Tambogrande.
Ramón García Alama tiene más de 30 años ejerciendo la docencia y es director en la I.E.15018 Crnl. Andrés Razuri del distrito de Tambogrande en la región Piura, desde hace 25.
Un colegio que le abrió las puertas del aprendizaje a toda una comunidad con su proyecto “Mi Colegio Alfabetizador”, cuyo alumnado también es conformado por los padres de familia.
¿Qué sucede en “Mi Colegio Alfabetizador”? Los alumnos le enseñan a sus papás a leer y escribir.
“Este proyecto nace a partir de un problema”, cuenta Ramón, “En el 2004 el 40% de nuestro padres de familia no sabían ni leer ni escribir, por lo que no participaban en las reuniones o actividades para apoyar a sus hijos”.
Ramón vio reflejado este problema en los resultados académicos de sus escolares y pensó ¿cómo hacer que esto mejore?
Con esa pregunta y el apoyo de una plana docente, se formuló una primera propuesta: que los alumnos aprendan estrategias de alfabetización para enseñarle a leer y escribir a sus padres.
Al principio esta idea parecía inalcanzable, pero como nada es imposible para un docente decidido, en el 2005 la escuelita recibió a sus primeros alumnos.
Pero no todo es tan sencillo como parece, enseñarle a leer y a escribir a un niño no es igual que enseñarle a un adulto.
Pienso en mi comunidad
Ramón era consciente que se debía trabajar desde la raíz y que el estudiante no vea la enseñanza como una tarea más, sino como su granito de arena para mejorar la vida de su comunidad.
“En primero de secundaria implementamos un taller de “Identidad” para que el escolar pueda resolver problemas de índole personal y familiar, llevaban taller de computación para alfabetizar y de comprensión lectora”, cuenta Ramón.
En segundo año se aplicaban talleres de “Desarrollo comunal” donde los alumnos aprendían a contribuir para mejorar la vida en su comunidad escolar y de los lugares donde vivían, con campañas de limpieza, reciclaje o ambientación.
Con estos dos pilares trabajados, los alumnos de tercero recibían el taller de “Alfabetización”.
“Con los primeros talleres los alumnos llegaban con muchas ganas de aprender porque lo veían como una oportunidad de aportar a su comunidad”, explica García.
Todo se ponía en practica en el cuatro año, cuando los alumnos usaban todo lo aprendido para alfabetizar a sus padres.
“Los alumnos escogían a un papa o mamá de la APAFA para enseñar, algunos adolescentes que no tenían familiares iletrados invitaban a sus vecinos”, relata el docente. “A fin de año hacíamos una demostración, yo escogía a un papá con una mamá y escuchábamos su testimonio”.
La recompensa más grande de todo este esfuerzo era ver a cada padre de familia escribir su nombre con su puño y letra.
Ramón estima que desde que empezó la escuelita, un promedio de 150 personas aprendieron a leer y escribir al año.
Aprender a enseñar
Ramón reconoce que el proyecto no hubiese sido posible si no se trabajaba con los estudiantes desde el primer año de secundaria.
El entusiasmo de los estudiantes hizo que no solo padres de familia recibieran clases, sino familiares, vecinos y amigos.
“Tenemos alumnos de distintas partes de Tambogrande, de los caseríos que no tienen colegio secundario, ellos enseñan a los adultos de esas zonas”.
Uno de los problemas que se planteó a la hora de iniciar con la escuelita era el posible rechazo de los padres, grata fue su sorpresa cuando el papá contaba que se sentía muy orgulloso que su hijo, al que le estaba dando la educación, le enseñó a leer y escribir.
“Los padres tuvieron la oportunidad de leer y escribir, un derecho que se les negó cuando eran pequeños”.
“Mi Colegio Alfabetizador” tiene 15 años cambiando la realidad de padres, alumnos y docentes de la I.E.15018.
Con la llegada de la COVID-19 el proyecto dio un giro, pero la esencia permaneció.
“Mi Colegio Emprendedor”
El traslado de las clases presenciales a virtuales fue un duro cambio para el sistema educativo peruano.
Por muchos meses, alumnos y docentes encontraron la forma de hacer que la estrategia “Aprendo en Casa” funcione en sus propias realidades.
“Fue en dos semanas que los profesores de aula, padres y alumnos sacaron adelante la estrategia de “Aprendo en Casa”, reconoce Ramón, “Tuvimos que aprenden a trabajar con las herramientas, los docentes buscaban el internet en las ramas del algarrobo, nos dieron el material para hacer las cosas, pero no nos enseñaron cómo hacerlo”
Con esa misma determinación el colegio evolucionó.
Para que el colegio continúe con su labor, se aliaron con la ONG Plan Internacional para alfabetizar en emprendimiento.
“Conseguimos apoyo de Plan Internacional para trabajar clases de emprendimiento económico”, relata Ramón.
Los alumnos de tercero a quinto empezaban proyectos económicos con sus familias para postularlos a un fondo de financiamiento.
Para ello, 8 docentes se convirtieron en una guía que le permitió a cada alumno diseñar una idea de negocio, los mejores y viables recibieron un capital semilla de la ONG para que sea una realidad y ayude en la economía familiar.
La labor de la escuelita continúa, y tiene el firme compromiso de seguir recibiendo a más alumnos.
Educación para todos
Cuando Ramón regresa a mirar todo el camino que ha recorrido, desde que descubrió su vocación de docente, siente que puede llegar a más.
Él sueña con el día que las iniciativas como la suya, y de otros profesores innovadores, sean sistematizadas y compartidas en los diferentes colegios del país.
“Estas experiencias que nacen en las aulas deben compartirse”.
En el 2020 Ramón y “Mi Colegio Alfabetizador” recibieron un reconocimiento por el Día del Éxito de la Dirección Regional de Educación. Un incentivo que los impulsa a mejorar año tras año.
¿Cuál es tu mensaje por el Día del Maestro?
Yo sé que los retos son enormes y cada día aparecen más retos, es en nuestras aulas donde nace el Ministerio de Educación y ahora desde las aulas virtuales. Por eso yo les invito a todos los colegas a seguir trabajando con nuestros estudiantes para lograr un nuevo Perú, a no desmayar y seguir adelante.