Es el caso de San Miguel, hoy San Miguel de Piura desde 1534, tras su traslado al poblado de ese nombre, por el conquistador Diego de Almagro, que había conocido el lugar primero de la fundación de San Miguel, ocurrida el 15 de agosto de 1532, a la orilla derecha del río Chira, en el antiguo emplazamiento de Tangarará.
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Desde entonces la ciudad tendría un protagonismo no solo asociado a la coyuntura de lo que se vivió en ese momento, y por ser la primera en varios aspectos, como el de la instalación del primer cabildo a la usanza hispana, con una corporación que representaba a los vecinos, avecindados, y todos los moradores de la ciudad.
La fundación del 15 de agosto de 1532
Y en efecto, el viernes 15 de agosto de 1532, las tierras del mundo tallán fueron testigo de un hecho sin precedentes en el escenario prehispánico, y con toda seguridad, los tallanes de ese momento, y no solo los curacas, sino, todos los que estuvieron presentes, lo revivieron hasta el final de su existencia.
El historiador José Antonio del Busto Duthurburu, investigador de raíces ayabaquinas, cuando publicó sobre la fundación de San Miguel, respaldado en la investigación del doctor Miguel Maticorena Estrada, historiador piurano especializado en el siglo XVI, hace conocer a los lectores, el detalle de lo acontecido, desde que Pizarro se traslada desde Tumbes hasta el río Chira, y lo que sucedió en este espacio.
El suceso fue documentado por Juan José Vega y Miguel Maticorena, también por Edmundo Guillen Guillen, pero sobre todo, por Maticorena y Del Busto, Maticorena fue quien ubicó datos importantes que dieron con acierto, mucha luz para determinar el hecho de la fundación de San Miguel, el 15 de agosto de 1532, que en estos días será celebrado en su 491 aniversario de existencia.
La trascendencia de este hecho histórico
Pero, que hace trascendente a un hecho histórico como el mencionado?, el que esa San Miguel, surgida a orillas del río Chira, fue la primera ciudad que los españoles fundaron en el Pacífico Sur, y su quinto centenario se avecina, y su celebración será un acto conmemorado por todo el país, y seguro que los actos centrales se desarrollaran en su actual emplazamiento, sin descuidar el sitio primero de su nacimiento: Tangarará, pese al poco tiempo que la ciudad permaneció en este lugar, donde se hizo la fundación (acto jurídico basado en las órdenes que Pizarro trajo desde España), pero no se fundó, es decir no se edificó, por la preocupación que estaba centrada en la conquista.
Tampoco se dejará de lado a Piura la Vieja, ni a Paita, sobre todo a Piura la Vieja, espacio sobre el que ya se viene trabajando para recuperar la antigua trama de la ciudad que tuvo conventos, plazas, calles, cabildo, iglesias, cárcel, plaza de mercado, y todo lo que exigía un conglomerado urbano del siglo XVI, como se lee en la documentación de ese siglo. En Piura la Vieja, la ciudad si se edificó, lo que no ocurrió en Tangarará por las circunstancias de la conquista, anteponiéndose prioridades como la captura del inca Atahuallpa, y los pocos vecinos que quedaron estaba más preocupados por su salud y seguridad, y no en la edificación de la ciudad, que era lo más necesario, quizá.
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Hacia los 500 años
El 15 de agosto de 2032 caerá día domingo, y será seguro una ocasión especial donde se rememorará la fundación de San Miguel, hoy San Miguel de Piura, con actos trascendentes, que se programarán con anticipación, porque la ciudad de San Miguel de Piura, así lo merece. Y bien vale la pena recordar, que cuando Juan de Cadalso, cumpliendo órdenes superiores, planteó ponerle a la ciudad en su nuevo emplazamiento, San Miguel del Villar, fue la responsabilidad de los vecinos que prácticamente le exigieron, que la ciudad conserve su nombre, San Miguel de Piura, pese a la gratitud que mantendrían por el virrey, Conde del Villar Don Pardo, autoridad hispana, que hasta hoy seguimos nombrando.
Con toda seguridad se rememorará la fundación y la estadía en Tangarará, de 1532 a 1534; el traslado a Piura la Vieja y su permanencia en ella por 4 décadas, con los principales episodios que se han registrado en esos 40 años, eran tiempos de la guerra civil, de los enfrentamientos entre los conquistadores, y de esas luchas que polarizaron al Perú en dos bandos, los que se mantenían fieles al Rey Carlos V, y los que seguían a Gonzalo Pizarro, que de triunfar habrían dado lugar a una monarquía independiente en el Perú.
Los problemas cercanos al quinto centenario
Hoy Piura está como muchas ciudades, sin solución a varios de sus problemas, hace frente a las necedades de la reconstrucción, está sujeta a nuevos avatares por el fenómeno El Niño, por la falta de previsión para evitar mayores daños en el cada vez más recurrente fenómeno, confiemos en que este escenario cambiara, y que el quinto centenario será una ocasión memorable.
Sigue habiendo pobres, improvisación, y otras situaciones de las que solo estará libre, si tiene autoridades comprometidas, y ciudadanos y ciudadanas que apuesten por su desarrollo, la sociedad civil organizada es clave en todo esto, y dentro de ella los jóvenes serán una población clave, así como los niños y niñas, a quienes se estimulará con los valores que los convertirán en ciudadanos responsables, comprometidos con el desarrollo de la ciudad, indudablemente si los antivalores no los ganan.
Los ilustres
San Miguel de Piura le ha dado al país y al mundo, personajes como Miguel Grau, e Ignacio Merino, ha forjado con experiencias llevadas al campo literario, a Enrique López Albújar y a Mario Vargas Llosa, por citar algunos ejemplos, pero su espacio de influencia y su propia entraña, cuenta a Hildebrando Castro Pozo, Elvira Castro de Quiroz, Carlos Augusto Salaverry, Felipe Cossio del Pomar, Carlota Ramos de Santolaya, Víctor Delfín, Luis Carnero Checa, Genaro Carnero Checa, Lola Cruz de Acha, y muchas figuras de valoración nacional.
Miguel Grau Seminario, el Peruano del Milenio, con su nacimiento casi le roba el día a la patria, nació el 27 de julio de 1834, un día antes del aniversario de la proclamación nacional de la independencia, y dejó una luz de amor patrio que brilla y brillará por la eternidad, que ilumina a quienes lo toman como paradigma, porque como él, hubo pocos.
Piura no es de un solo color
La ciudad y su radio de influencia le han demostrado tanto al Perú, que cuando se trata de identidad nacional y regional, en esto no se distingue colores políticos, tanto como el color de la piel o de las creencias; así como no hay un solo y único panorama geográfico en los alrededores de la ciudad, y en todo el departamento.
Los piuranos actúan como un solo bloque cuando de pensar en el futuro se trata, se olvidan de todo lo que les pueda separar, no solo les une el fútbol y les ata el vínculo espiritual de la piuranidad, sino a que despojándose de todo separatismo, apuntan hacia un futuro promisor, pensando y actuando no como individuos, antes bien, como personas sociales.
Con casi 500 años no le podemos decir “Adios” a San Miguel de Piura, que siendo el relicario de nuestras penas, y el cofre de nuestras añoranzas, nos renueva constantemente que nunca hemos perdido las esperanzas de regresar a sus arenas. Este 15 de agosto, evocando la fundación de 1532, y el traslado de 1588, sigamos apostando por el futuro de Piura, apoyando a las autoridades municipales, regionales y religiosas, que quizá conscientes que deben gobernar para el futuro, tengan el firme convencimiento de hacer más grande a Piura, superando todos sus problemas.
Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones