Piura, la primera ciudad fundada por los españoles el 15 de agosto de 1532, se aproxima a cumplir 500 años de fundación en medio de un escenario crítico. A poco menos de siete años del quinto centenario, la capital regional luce sumergida en el caos urbano, el congestionamiento vehicular, el avance descontrolado del comercio ambulatorio y una débil presencia de autoridad municipal. La pregunta es inevitable: ¿faltó decisión política para ordenar la ciudad?
A diario, el tránsito colapsa en las principales arterias, el parque automotor crece sin planificación y los espacios públicos son ocupados por comerciantes informales, especialmente en el complejo de mercados, considerado el principal punto de abasto de toda la región.
A ello se suma la ejecución simultánea de obras viales en avenidas clave como Sullana, Don Bosco y Grau, además del centro histórico, con calles abiertas, zanjas y cierres prolongados que agravan el desorden y generan malestar ciudadano. Aunque las intervenciones prometen mejorar la imagen urbana, especialistas cuestionan la falta de planificación y coordinación en su ejecución.
Según cifras oficiales, Piura concentra alrededor de 66 mil comerciantes, de los cuales el 78% se encuentra en la informalidad. Este panorama impacta no solo en la movilidad y el orden urbano, sino también en la salud pública, la seguridad y la economía local.
Proyectos
Para el decano del Colegio de Ingenieros de Piura, Manuel Asmat, el actual escenario responde a un comportamiento previsible en el ciclo de las gestiones municipales y regionales. A puertas del último año de mandato, se registra una llegada significativa de obras, fenómeno habitual en este periodo.
En ese contexto, señaló la expectativa existente por iniciar, en el corto plazo, el disfrute de los beneficios vinculados a los nuevos proyectos de inversión pública, especialmente aquellos orientados al desarrollo urbano y vial.
Asmat remarcó la necesidad de acelerar los procesos de ejecución, con el fin de trasladar los impactos positivos a la población en el menor tiempo posible. Al mismo tiempo, consideró prioritario reducir las molestias generadas durante el desarrollo de las intervenciones, principalmente en zonas de alta transitabilidad.
Impactos negativos
El representante de los ingenieros reconoció que los proyectos de gran envergadura generan efectos colaterales inevitables durante su ejecución, situación prevista desde la etapa de formulación. Admitió, además, que una planificación más eficiente habría permitido mitigar parte de estos inconvenientes; sin embargo, subrayó que el escenario actual exige decisiones inmediatas.
Caos vehicular
Otro punto crítico en la ciudad es el congestionamiento vehicular y el incremento desmedido del parque automotor. Ante esta situación y desde una mirada técnica, el decano del colegio de Ingenieros de Piura, Leopoldo Villacorta descarta que la solución pase por abrir más carriles.
“Crear más vías sólo atraerá más vehículos particulares. Eso incrementa la congestión y la contaminación”, señala el arquitecto.
Villacorta propone apostar por un sistema de transporte público masivo, eficiente, económico y confortable, como ocurre en países vecinos.
Abandono de gestión
Por otro lado, Juan Carlos Álamo Castro, exgerente de Fiscalización de la Municipalidad Provincial de Piura, sostiene que el complejo de mercados refleja el abandono de la gestión municipal. Recuerda que la Ordenanza Municipal N.° 125 establece que los espacios públicos deben ser resguardados y administrados por la Municipalidad Provincial de Piura. Sin embargo, considera que, tras casi tres años de gobierno, poco se avanzó en la recuperación de estas áreas.
“El complejo de mercados es un punto de acopio regional. No solo atiende a Piura distrito, sino a toda la región. Hoy se observa ingreso vehicular prohibido, presencia masiva de ambulantes, cobros indebidos por parqueo y deficiente manejo de residuos”, afirma.
Comercio ambulatorio
Para Álamo, reducir la informalidad es posible con planes estratégicos y coordinación directa con los presidentes de los mercados. Critica que la municipalidad concentre esfuerzos en retirar tranqueras en urbanizaciones organizadas, mientras descuida el principal problema urbano.
“Primero se debe atacar el problema mayor: la recuperación de los espacios públicos y el orden en el complejo de mercados”, remarca.
Añade que no existen propuestas claras de reubicación ni diálogo con mercados privatizados, lo que perpetúa el desorden, especialmente en campañas comerciales intensas.
Integración como solución
En la misma línea, Villacorta plantea una solución integral para el comercio: la integración total del complejo de mercados. Propone convertir las manzanas y calles que lo atraviesan en un gran espacio articulado, con plazas internas y una arquitectura funcional.
“El comercio ambulatorio no se corrige reprimiendo, sino ofreciendo alternativas viables. Integrar los mercados permitiría ordenar, mejorar la higiene y potenciar el valor comercial y turístico”, sostiene.
Año crítico
El exfuncionario advierte que el escenario se agravará por el contexto electoral. Con la próxima renuncia del alcalde y la licencia del teniente alcalde, Piura afrontará un año sin una política institucional sólida.
“El 2026 será desolador para los mercados. Recién en 2027, con nuevas autoridades, podría plantearse un plan integral. Por ahora, solo queda resistir y convivir con el desorden”, concluye.
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