Regidor de MPP afirma que con la Ordenanza 293 se mejorará las medidas de bioseguridad en las unidades de transporte.
A pesar del incremento de los vehículos y las personas en las calles de Piura, el control y fiscalización municipal es inexistente o muy débil.
Esta situación se complicará aún más, con la reanudación de centros comerciales, mercados y ampliación del toque de queda. Este panorma preocupa a algunos transportistas, pues dicen no ver que la Municipalidad de Piura tenga un plan de contingencia para evitar el incremento del contagio por COVID-19 en las unidades de transporte.
El representante de la Empresa de Transporte Guadalupe, Felix López, opinó que ya no hay fiscalización ni control municipal en el transporte.
Asegura que ha vuelto a aparecer la informalidad, debido a que algunos conductores no respetan su ruta. Además, dejan varados a mitad de
camino a los pasajeros, y otros no respetan el protocolo, een cuanto al aforo de pasajeros.
“Cada transportista es responsable de acatar las medidas de bioseguridad, pero no podemos tolerar que algunas empresas siendo formales, se conviertan en informales al no cumplir con el protocolo sanitario, estamos denunciando ante el municipio, pero no pueden poner orden por su déficit de fiscalizadores”.
Fiscalización débil
El regidor municipal y presidente de la comisión de Transporte, Daniel Verástegui, reconoció que la fiscalización es débil, y se debe a a que el personal de esta área es población vulnerable ante el COVID-19.
Asimismo, justificó el cambio de ruta, por el cierre de calles a cargo del personal policial y del Ejército.
“Algunos conductores no cumplen con su ruta, ya se está haciendo la verificación de lo que hacen las empresas. También hemos enviado documento al Ejército, para que den pase preferencial a los vehículos con autorización municipal”.
Recordó a las empresas que si reinciden en no tener protocolo de bioseguridad se les aplicará multas de 50% de una UIT (y 25% de la UIT la primera vez).