Los pescadores artesanales de Sechura, Paita y Talara, junto con otros gremios del norte del Perú, han anunciado un paro en respuesta a la reciente suspensión de la pesca de pota impuesta por el Ministerio de la Producción. Esta medida ha generado una fuerte controversia, ya que afecta directamente a miles de familias que dependen de la extracción del calamar gigante para su sustento. Según los gremios, la prohibición pone en riesgo la estabilidad económica de las comunidades pesqueras y limita una actividad clave para la región.
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Impacto económico de la prohibición en la pesca de pota
La pesca de pota es una actividad fundamental para la economía de Piura y otras zonas costeras del país. En Sechura, por ejemplo, operan cerca de 2 000 embarcaciones artesanales dedicadas a la captura de este recurso migratorio. La suspensión de esta actividad podría generar pérdidas económicas significativas, con estimaciones que señalan que Piura podría dejar de percibir alrededor de 50 millones de soles debido al paro de pescadores y transportistas asociados. Esta situación no solo afecta a los pescadores, sino también a toda la cadena productiva, incluyendo comerciantes y transportistas.
¿Es justificada la suspensión de la pesca de pota?
El dirigente Fidel Periche, vocero de los pescadores, ha cuestionado la decisión del gobierno, argumentando que actualmente existe una abundancia de calamar gigante en el litoral peruano, desde Tumbes hasta Tacna. Según Periche, no hay evidencia de sobreexplotación, ya que la pota es un recurso migratorio que se renueva constantemente. Por ello, los pescadores consideran que la prohibición es innecesaria y perjudicial, ya que no permite aprovechar la disponibilidad actual del recurso.
¿Qué restricciones impone la medida del Ministerio de la Producción?
La resolución gubernamental establece un plazo de 48 horas para que las embarcaciones descarguen sus capturas, un tiempo que los pescadores consideran insuficiente. Las faenas de pesca artesanal suelen requerir varios días en alta mar, lo que hace que esta restricción sea poco práctica. Los gremios han señalado que esta medida no toma en cuenta las particularidades de la actividad pesquera, que no puede ajustarse a horarios rígidos como si se tratara de una oficina.
Consecuencias para las familias pesqueras
La prohibición de la pesca de pota pone en riesgo la economía de miles de familias que dependen directamente de esta actividad. Los pescadores artesanales argumentan que la medida no solo afecta sus ingresos, sino que también limita el acceso al mercado de un recurso abundante. “La pesca artesanal no puede ser regulada con horarios fijos”, afirmó Fidel Periche, quien también anunció que los gremios definirán en los próximos días la fecha exacta del paro para exigir la revisión de la normativa.
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