“No es cierto que este fenómeno El Niño costero se pudiera predecir con anticipación”, dice en meteorólogo y ex jefe del Senamhi, Piura, Guillermo Lazo Alatrista.
Hay que recordar que desde el 2022 el fenómeno frío La Niña estaba presente. Hasta diciembre se vivía una gran sequía que había obligado al Gobierno a declarar en emergencia a algunas regiones.
“En febrero se comienzan a registrar las anomalías positivas en lo que se conoce como El Niño 1 más 2, pero era insignificante. Hay que recordar que el año 1972 y 1973 hubo un fenómeno similar, luego de dos años fríos vino la anomalía positiva. Eso ha sucedido este año. El mar estaba con dos grados bajo lo normal y súbitamente, en febrero comienza a calentar. Ese calentamiento de febrero fue de 0,5 grados, a tal punto que muchos especialistas consideraban que estaba dentro del rango normal del verano. “Tal vez se pudo pensar que vendría un evento como el actual, pero el antecedente de tres períodos fríos nos permitía un pronóstico certero”
Este calentamiento súbito que los meteorólogos no lo pueden explicar con precisión se presentó en 2017 también.
Los denominados Niño costero son diferentes a otros eventos como el 1983 y 1998 que evolucionaron desde el invierno del año anterior.
Así las cosas, poco podían hacer las autoridades, que además empezaron su gestión en enero.
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¿Hasta cuándo?
Matt Nieto, ingeniero meteorólogo sostiene que las lluvias podrían seguir hasta fines de abril.
“Habrá unos días más lluviosos que otros, pero el agua del mar no se va a enfriar de un día para otro”, explica Matt Nieto.
En efecto, la temperatura superficial del agua del mar tiene, frente a Talara, 29 grados cuando debería estar entre 22 y 23.
Es decir que es una piscina caliente y además los parámetros atmosféricos están “alineados” para que llueva.
La masa de agua caliente tiene una profundidad de cien metros, por lo tanto, su enfriamiento va a demorar.
Por ello, dice Lazo, hay que esperar para que factores como la corriente peruana de Humbolt y el anticiclón del Pacífico se fortalezca y pueda enfriar un poco.
Lazo considera también que también se tiene que tener en cuenta la variabilidad climática.
“Todos los parámetros están muy alterados, el problema de la variabilidad climática va a causar más impactos que el cambio climático, porque esas lluvias extremas no son frecuentes”, dice.
En efecto, las lluvias de estos días son muy fuertes y acumulan mucha agua en poco tiempo.
Esto causa más daño a una ciudad ubicada en hondonadas y cauces de quebradas.
Por: Teo Zavala Palacios