El presidente Pedro Castillo sigue haciendo mérito a su fama de mentiroso, al insistir que no tiene nada que ver con Vladimir Cerrón y menos que este meta mano en su gobierno.
Ahora ha salido a la luz unos diálogos de whatsapps entre Vladimir y el ex comandante general de la PNP, Javier Gallardo, en el que se nota una vieja y cómplice amistad para complotar contra el ex ministro Avelino Guillén.
¿No fue el propio Castillo quien ascendió a Gallardo, por encima del escándalo de los ascensos pagados? ¿Quién le propuso al mandatario a Gallardo, para dirigir una de las instituciones estratégicas más importantes en la lucha contra la delincuencia y corrupción? ¿Guillén era un obstáculo para los planes de Gallardo y Cerrón en su intento de desmantelar las unidades claves de la Policía?
Es claro que el ex jefe de la PNP mantenía un nivel cercano de coordinación y apoyo con el investigado Cerrón. Y esto corrobora que el líder de PL se inmiscuyó, no solo en decisiones de Gallardo para desarticular algunas divisiones policiales, sino también en las del inquilino de palacio que intenta, con mentiras y evasivas, negar cualquier relación con el extremista secretario de PL.