Con las melodías sensuales de Maluma como telón de fondo y el estruendo característico de las latas de cerveza que se abrían y caían al suelo, la noche se llenó de caos, desorden y más alcohol. Era un trío de elementos que convergían en perfecta armonía en las avenidas Country y Cáceres, en una velada que sería recordada por su espíritu libertino y desenfrenado.
El ambiente vibraba con una excitación palpable mientras los acordes de la música de Maluma se entrelazaban con los corazones acelerados de los asistentes.
El «Mega», emblema de la vida nocturna, se convirtió en el epicentro de una ubicación inigualable, donde las inhibiciones se desvanecían y el instinto de diversión se desataba entre muchos jóvenes.
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La ley
Las avenidas Country y Cáceres se transformaron en un escenario vibrante, donde los deleites terrenales se fusionaron en un banquete para los sentidos. Sin embargo, la policía y el serenazgo irrumpieron como invitados infiltrados, intentando apaciguar la euforia desbordante.
Pero sus esfuerzos resultaron en vano. Fue solo una pausa momentánea, un alto en el camino que permitió a los asistentes tomar un respiro o acudir al baño, como un entretiempo en un partido, un receso fugaz de 15 minutos.
El Mega se transformó en un refugio donde la libertad y la juventud desafiaban cualquier intento de contención. El receso fue solo un pequeño paréntesis en una noche que prometía seguir desbordándose de caos, desorden y, por supuesto, más alcohol.
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Para muchos el «Mega»
El grifo Mega, situado en la intersección de la Avenida Country y Cáceres, adquiere el sobrenombre de «Mega» debido a su pasado como una antigua gasolinera con dicho nombre.
A lo largo de los años, esa denominación se arraigó en la zona por mera costumbre. Desde la década de 1990, esta parte de Piura se ha convertido en el punto de encuentro para muchos jóvenes en busca de diversión y camaradería.
La ubicación estratégica del área ha sido un factor clave para su popularidad. En ese sector, solían encontrarse varias bodegas donde la cerveza se ofrecía a precios atractivos, atrayendo así a un público ávido de experiencias festivas sin gastar una fortuna.
Con el tiempo, el lugar se ha convertido en un punto de referencia donde todos son «bienvenidos», estableciendo una tradición arraigada en la mente de los habitantes locales.
El «Mega» y alrededores se han convertido en un símbolo de la vida nocturna en Piura. La gente acude a este punto para comenzar la noche, encontrarse con amigos y dejarse llevar por el espíritu festivo que permea el lugar.
Imprudencia y caos
La otra cara de la moneda revela la imprudencia y falta de consideración que algunos jóvenes han adoptado, poniendo en riesgo su propia salud y seguridad
Lamentablemente, esta situación ha llevado a que utilicen la vía pública como una extensión de su propio antro improvisado. Sin tener en cuenta las consecuencias, se han adentrado en medio de la pista, en las escaleras y, en muchas ocasiones, han invadido la vereda, obstruyendo el tránsito peatonal y creando una bomba de tiempo.
Fiscalización
Ante la problemática existente, se espera que las autoridades competentes, como el área de Fiscalización de la Municipalidad de Piura y la Policía Nacional del Perú, tomen medidas concretas para abordar la situación y asegurar el orden en toda la zona afectada.
Es imperativo que se implemente un perímetro de vigilancia amplio y efectivo, que abarque tanto el área residencial como la comercial, con el objetivo de evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y poner fin al desorden que perdura hasta altas horas de la madrugada.
Por Miguel Calle Infante.