Si algo hay que reconocerle a la izquierda es su organización y poder de convocatoria para marchar y gritar por las calles por quítame esta paja; sobre todo cuando la protesta o marcha es contra la derecha (si gobernara).

Hoy con un gobierno de izquierda, como el de Pedro Castillo, a quien auspiciaron para llegar a Palacio, los líderes izquierdistas están calladitos, como si no existieran en la efervescente escena política peruana.

Hoy la locuaz Verónica Mendoza, de Juntos por el Perú, se ahorra sus opiniones respecto a la crisis política y la corrupción que involucran a Castillo. Julio Guzmán, del partido Morado, sigue mudo al igual que Marco Arana; Ciro Gálvez o el procesado Ollanta Humala están como ausentes, no existen; menos los sindicatos de filiación izquierdista que a cada rato paralizaban clases y labores.

Hasta IDL-Reporteros no sorprende a los peruanos con “exclusivas y reveladoras investigaciones periodísticas” de corrupción en el gobierno de Castillo, como sí lo hizo con el caso Odebrecht. ¿Se sentirán culpables o avergonzados de haber llevado a Castillo al poder y generar la crisis que hoy se vive? Alguien preguntó: ¿y si Castillo apellidará Fujimori?

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