Los especialistas no ven un futuro glorioso para nuestro país: el nuevo presidente no podrá con todos los problemas que nos aquejan.
Este último proceso electoral ha puesto en evidencia el fuerte fastidio que el Perú le tiene a la política tradicional, a quienes nos han estado representando por décadas, a un modelo económico que no ha funcionado para todos, a un Estado que ha operado dándole la espalda a un importante sector de la población.
Perú, un país que ha sido saqueado y herido por su clase política, con un Congreso que busca ahora mismo aprobar reformas constitucionales de manera exprés, mediante la creación imprudente de una nueva legislatura; con expresidentes que están siendo investigados; escándalos gigantes de corrupción en el sistema judicial, que nos debería defender; entre otras perlas de nuestros representantes públicos.
¿Y ahora qué?
Los economistas nacionales y locales consultados por El Tiempo, guardan sus discrepancias: unos creen que el Perú aún tiene esperanzas, que tiene fortalezas (como una sólida política fiscal) que podrían ayudar a que los buenos pronósticos del BCR se cumplan; mientras que otros creen que ya todo está consumado, que nuestros problemas son demasiado graves como para que el próximo gobernante pueda sacarnos de esta incertidumbre.
¿Qué tocará hacer ahora? Destrabar proyectos, promover un shock de inversiones privadas, mesurar las políticas económicas y más…
El nuevo presidente no mejorará la situación
Carlos Adrianzén
Decano de Economía de la UPC
Que se hable de fraude electoral añade incertidumbre a un país que ya la tenía, sumado a propuestas económicas que espantan. El nivel de incertidumbre es muy anormal, pero cobra sentido si recordamos que el país estaba ya en declive, que Alva fue una muy mala ministra de Economía, que Sagasti no dio la talla, y ya veremos qué tanta hambre habrá en Perú en los próximos años.
No podemos esperar que cuando entre el nuevo gobierno todo progrese, no hay ningún fundamento para creer que el 2021 será un año bueno porque, para colmo, las elecciones tienen matices inusuales que espantan a las inversiones. No es que llega el nuevo presidente y se arregla todo.
Tendrá que evitar que el Perú pase hambruna con políticas económicas inteligentes. La situación económica es muy seria como para darnos el lujo de errar; estamos en caída, la inflación es una amenaza, el empleo va a caer.
Ojalá que Pedro Castillo nos ofrezca ideas económicas más inteligentes porque, si son las bolivianas o venezolanas, empeoraremos: el producto por persona en Bolivia es un tercio del peruano, por ejemplo. Una medida buena podría ser mantener al directorio del BCR por unos años más.
Promover un shock de inversión privada
Jorge González Izquierdo
Economista
La economía llegará al 28 de julio con fortalezas, pero también con debilidades que el nuevo Gobierno tendrá que enfrentar: la recuperación y reactivación son muy débiles, hay un grave problema de desempleo -sobe todo el adecuadamente productivo-, cayó el ingreso per cápita del país.
Según el INEI, la pobreza aumentó de 20% a 30% de 2019 a 2020; y la informalidad laboral, de 72% a 76%; la desigualdad en la distribución del ingreso empeoró, hemos retrocedido una década, según un estudio de la Universidad del Pacífico; y también incrementó la inseguridad ciudadana.
Pero hay fortalezas: hay reservas internacionales netas de 77 mil millones de dólares (30% del PBI), de los cuales 60 mil millones es posesión de cambio del BCR; la situación fiscal no es desesperada y tenemos un guardadito importante que podría usarse; desde el extranjero nos empujan para crecer, con el aumento de precios de los metales que vendemos y la harina de pescado.
El próximo gobierno tendrá que usar las fortalezas y destrabar grandes proyectos, va a tener que promover un shock de inversión privada, no solo de proyectos mineros, sino agrícolas , portuarios y de aeropuertos, que están entrampados.
Que Castillo empiece a darle forma a su plan
Jorge Guillén
Profesor asociado de ESAN
Quizá el precio más alto de los metales que vendemos y los mensajes más alentadores de Castillo ayuden a que el dólar baje, pero también va a depender de los nombramientos de ministros o ratificaciones de personas claves en el sector público.
Perú Libre jalará gente de otros partidos para garantizar unión porque en el Congreso tampoco la tiene fácil. Eso hará que el dólar y la bolsa se estabilicen. Habrá incremento de precios, como en el pollo o el pan, pero si será permanente, lo veremos en las próximas semanas, según cómo avance la inflación.
Las cosas que hace Fuerza Popular también causan incertidumbre porque hay noticias falsas, que exageran, y la gente lo toma como la verdad y se vuelve un país con mucha más inestabilidad.
El BCR pronosticó un mejor año, pero depende de que Castillo se mesure. La gente quiere cambio, así que sí podría tomar la parte de reformas estructurales, como en salud y educación. Lo macroeconómico está muy bien, pero se dejó de lado lo otro por los intereses de grupos de poder. Castillo va a tener que, sobre la base de lo que está bien, reformar lo que falta y 5 años no le van a alcanzar. Tiene que empezar a darle forma a su plan de gobierno.
No importa lo que digan, ya estamos impactados
Javier Bereche
Presidente de la Cámara de Comercio
El nuevo gobierno deberá concentrarse en la vacunación, que todo lo que se pretende hacer debe tener como base a un país vacunado. Bajo esa plataforma de todos vacunados, empezará la reactivación porque la economía ya no da más. La pandemia ha irritado el voto del Perú, y eso se vio en las ánforas, hemos vivido a espaldas de un grupo ya cansado.
En cuanto al dólar, este seguirá subiendo y bajando porque ya se están vendiendo bonos soberanos, ya hubo retiro de dólares de inversionistas y de los mismos ciudadanos, fuga de divisas. El BCR no lo frenará por siempre.
Castillo ha dado mensajes de mesura, pero no es suficiente porque ya estamos impactados, digan lo que digan, ya estamos impactados, las inversiones se ahuyentaron.
Aunque aún se podrían revertir un poco las cosas si para el 28 de julio, por ejemplo, se destraban proyectos de envergadura, que impliquen activar inversiones fuertes, que vengan del extranjero y que inyecten gran cantidad de dólares en la economía peruana, porque necesitamos que el dólar regrese. Para ello, hay que poner incentivos, dar un marco de confianza, poner en marcha grandes proyectos que están paralizados por la burocracia.