Así bajando la velocidad oteamos el horizonte histórico de El Tiempo. Fruto de ello, esbozamos aquí algunos datos que, leídos desde la mirada de hoy, nos permiten visualizar cómo este diario de provincia ha intentado ser consecuente con lo anunciado desde su primer número.
En una soleada tarde de un domingo 9 de enero de 1916, en un bucólico pueblo rural a orillas del río Piura, se publica por primera vez EL TIEMPO, Diario de la tarde.
¿Por qué nace aquí si, entonces, pueblos como Catacaos, Sullana, Paita y los campamentos petroleros de Lobitos, Talara y Negritos contaban con mayor desarrollo económico, arquitectónico, vial y tecnológico que Piura? …Justamente, el rango de capital de provincia le otorga a Piura el privilegio de ser sede de dirección, edición e impresión del tabloide de 4 páginas. Luis Carranza, su primer dueño y director, imprimió una tirada de 1500 ejemplares. Durante enero y febrero repartió gratis los diarios. Ya en marzo con una amplia cartera de suscripciones imprime 1000 ejemplares diarios tanto para sus inscritos como también una cantidad para ventas. El equipo humano estaba compuesto por Luis Carranza, dos redactores (encargados también del taller de armado tipográfico) y cuatro corresponsales.
En pro del desarrollo
Para la época, EL TIEMPO era una publicación apolítica. Cosa audaz e inusual.
Desde el primer número sus artículos reiteran incansablemente: sin salud, seguridad y educación, no es posible hablar de desarrollo. De allí que inicia y mantiene campañas de salubridad de las plazas y calles sin adoquinar, del mercado de abastos que es casi un muladar a la orilla del río Piura; del camal, de los solares abandonados tras cada lluvia. El Tiempo, entre 1916 y 1926, denuncia constantemente la amenaza de la peste bubónica y la fiebre amarilla. Cuando la gripe española devastó Estados Unidos y parte de Europa, teniendo como telón de fondo la Guerra Europea (1ra Guerra Mundial), el diario enfoca las luces sobre la Junta de Salubridad de la Hacienda Municipal. El Tiempo denuncia reiteradamente cada vez que se retrasa el “higienizar las calles y solares abandonados, el construir Lazaretos para bubónicos y el recojo de basura en los barrios de Tacalá (Castilla) donde se arrojan las aguas servidas en las calles” (4/04/1919).
En las primeras cinco décadas del siglo XX se agrava el problema con la presencia inclemente de los bandoleros y abigeos que asolan las rutas del tren, los arenales, los caminos y senderos hacia las haciendas y poblados. El Tiempo aboga por la presencia de la gendarmería que recién en 1929 aparecerá bajo la nominación de Guardia Civil. Ésta intentará con altas y bajas servir de vigilancia del departamento en las subsiguientes décadas.
Educación y cultura
EL TIEMPO es un convencido del beneficio de la educación de todos e intercede por ello. Incluye folletines literarios, propugna por una biblioteca pública para artesanos, obreros y sus familias, promueve donaciones de libros; apoya toda actividad educativa, artística y apadrina diversas manifestaciones deportivas, culturales, en especial en el Centenario del nacimiento de Ignacio Merino. Sigue y publica a pie juntillas la visita a Piura del “exótico cultor” Valdelomar (agosto–noviembre, 1918) quien en campaña “patriótica” mueve tanto a obreros como a la “sociedad” piurana.
La crisis económica mundial ya había motivado al director Carranza a inyectar capital con la presencia de accionistas y así se sobrevive como lo hicieron varios diarios de provincias del Perú. Esto le permite aumento de secciones, mayor espacio literario; nuevos corresponsales en lugares por donde el ferrocarril no circula (como Morropón, Chulucanas, Salitral, Ayabaca y Huancabamba) y el lanzamiento de suplementos extraordinarios impresos en Lima de mayor paginación, a dos colores e inclusión de fotograbados. Entre las decenas de fechas memorables son de recuerdo los suplementos coleccionables del Centenario de la Independencia del Perú (1921), del Centenario de la Batalla de Ayacucho (1924), de los 400 años de la Fundación de Piura (1932), del Centenario de Piura como provincia Litoral (1937) y muchas fechas más aparte de cada edición de Año nuevo. Igualmente a finales del siglo XX y principio del XXI la inclusión de revistas, encartes y coleccionables de diversas temáticas educativas como aquellos que descubren la identidad como también refuercen o guarden el patrimonio de lo propiamente Piurano. En especial en tiempos del Bicentenario de la Independencia del Perú (Historia de Piura, Guía de Piura, Personajes de Piura, Te cuento la Independencia, etc.).
Desde su primera hora de vida, EL TIEMPO publica además de las locales, las noticias nacionales e internacionales. Desde finales del XIX y hasta las primeras décadas del siglo XX, al departamento piurano han ido llegando europeos en calidad de empleados de las principales tiendas comerciales, agentes exportadores e importadores, comisionistas de bancos y representantes de firmas e industrias internacionales. Estos son suscriptores del diario quienes además compran espacio publicitario. Muchos de ellos seguirán haciéndolo cuando forman sus familias con piuranas y cambian de status.
El contar con un puerto como el de Paita permitirá la existencia de los Cablegramas. Estos hicieron posible que toda noticia llegara a El Tiempo desde cualquier parte del mundo. A través de los telegramas transmitidos por los cables submarinos del servicio noticioso “All American Cables” que entonces en Perú sólo tenía estaciones en Paita y Callao. Desde nuestro puerto se transmitían los cables por teléfono a la oficina de El Tiempo en Piura. Así podía publicar las “Notas Cablegráficas” (internacionales y nacionales).
Guiños de modernidad
Llega el primer correo aéreo en un aeroplano ruta Lima -Talara – Piura. Con éste, un paquete de diarios a El Tiempo y cartas al director.
Un día aparece una publicidad breve de la Empresa de Luz Eléctrica. Cómo no se alegrarán los vecinos al leer la pronta generalización de la electricidad en algunos pablados piuranos que reemplazarán los mechones de querosén , velas o lámparas; al igual, la posibilidad de contar con máquinas heladeras.
Lo mismo sucederá cuando se discute, en papel, la conveniencia de instalar agua en las céntricas calles, repetir el modelo de potabilización de agua de los poblados cerca al mar, como de contar con gas por tuberías en las cocinas de las casas como ya sucedía desde principios de siglo en Lobitos. El Tiempo abre los ojos a sus vecinos del dejar los silos e implementar las casas con redes de desagüe. Llegado el año 1925, lluvias diluviales rompen el poco orden logrado hasta entonces. Además de todo los desastres informados, destaca tal expectación la nota de la llegada de la aeronave Curtis Oriole que al no poder aterrizar por las inundaciones, su diestro piloto Elmer Faucett arrojó desde el aire el traducido “Laudo de Tacna y Arica” inserto en “La Prensa”. (13/03/1925).
Un incidente ocurrido en la frontera entre Perú y Chile ha generado gran atención en...
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Redacción El Tiempo
Redacción El Tiempo. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario El Tiempo. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Piura, el Perú y el mundo.