El maestro Hernández, compositor, pianista, arreglista y director del Coro de la UDEP, se siente satisfecho por lo que los coreutas y excoreutas han logrado en su vida personal y profesional. “El coro les ha ayudado mucho en su disciplina, en el desarrollo de su sensibilidad y de valores como la constancia, la responsabilidad, el trabajo en equipo…”.
“La música te enseña a amar, y, como dijo Franz Liszt la música es el corazón de la vida, por ella habla el amor sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso”, comenta el maestro. Agrega que con la música los jóvenes desarrollan su imaginación. “Una persona sin imaginación no sueña, no vive”, expresa.
Experiencias de vida
Al maestro lo motivan el entusiasmo de los jóvenes y las tantas veces que los excoreutas le han dicho que el coro “les cambió la vida en muchos aspectos”. Indica que esto se debe, quizá, al grado de responsabilidad que asumían: la exigencia y disciplina para ensayar (después de sus clases), la puntualidad, el sentirse importantes, seguros y participativos en el grupo.
Cantar es gratificante, dice, pues “se trasmite un mensaje que el compositor quiere dar a conocer a la humanidad. Como al interpretar el Himno a la Alegría, se trasmite un mensaje profundo de hermandad, amistad y fe en Dios; un anhelo de superar las dificultades de la vida, de ser alguien; es decir, ser un ser”.
“En mis clases, trato de que mis estudiantes, cuando canten siéntanse superiores, no por vanidad, sino porque son capaces y se atreven a hacer algo que no todos hacen, a pesar de tener el talento y las condiciones necesarias. Cantarle al público, a Dios, y llevar el mensaje del alma a través de la voz es lo más hermoso que hace el ser humano”, anota.
Como docente y músico apasionado, el maestro Hernández está convencido de que el arte aporta mucho a la formación integral de los jóvenes, como a trabajar en equipo. Por ejemplo, “aunque una voz lleva la melodía y otras la armonía, nada haría la una sin la otra y viceversa”. Todo ello los ayuda a ser más responsables, puntuales, disciplinados y creativos.
Refiere, además, que un país no solo necesita desarrollo económico sino también cultural, al igual que un profesional no solo debe interesarse por el aspecto económico sino, también por su lado humano. Eso se consigue, por ejemplo, a través del arte y la música, que no solo forman, “sino que transforman”.
“Finalmente, lo que les puedo decir es que cantar ennoblece el alma, cantar agrada a Dios y te hace ser más humano cada día”.
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