El último asalto a balazos a un cambista en el centro de Piura, del jueves último, cierra uno de los meses más violentos de Piura con el robo de más de 1 millón de soles en dinero y bienes.
Esta es la sumatoria de los más de 20 asaltos y robos que se registran en las crónicas policiales durante el mes de septiembre.
Los agraviados son comerciantes, un cambista, trabajadores y ciudadanos en las puertas de sus hogares o después de retirar fuertes sumas de dinero de los bancos.
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Aquí figura el asalto a una empleada de una conocida empresa de transportes a inmediaciones del reloj solar, a quien despojaron de 148 mil soles, el pasado 19 de septiembre.
A inicios de mes, también asaltaron a una familia en la urb. Galilea para llevarse joyas valorizadas en más de S/ 40.000.
Seis días después, en la ruta Tambogrande-Cruceta, los criminales asaltaron al dueño de tiendas de abarrotes para robarle S/50.000.
Asimismo, el 14 de septiembre, los maleantes secuestraron y asaltaron a comerciantes de cebollas y les quitaron S/ 20.000.
La cereza del mes fue el jueves 29, cuando los criminales se llevaron S/50.000 de un cambista, S/ 37.000 de un dirigente de la comunidad campesina de Paita y computadoras de un colegio de Cura Mori, valorizadas en S/ 200.000.
Capital de trabajo
Robos que no sólo acrecientan el miedo de la población y que alejan la inversión privada, sino que dejan sin capital de trabajo a comerciantes y emprendedores.
Según el presidente de la Cámara de Comercio de Piura, Javier Bereche, los agraviados han perdido su capital de trabajo y deberán endeudarse para volver a empezar, ya que muchos no tienen seguro.
“Sin capital de trabajo no se puede trabajar, no hay negocio, no hay empresa y se tiene que recurrir a préstamos para volver a hacerte de un capital y trabajar. Una empresa que es extorsionada o a la cual se le roba el capital de trabajo o que se le roba la liquidez, no tiene futuro y eso puede pasar en algunos comercios del país”, sostuvo.
Para el directivo del gremio empresarial, este es uno de los impactos más fuertes del hampa en Piura.
“En el Perú el costo de la inseguridad no es solo el gasto en alarmas, cámaras y vigilancia privada, el verdadero costo es cuando te roban [tu capital] y ya no lo puedes recuperar”, agregó.
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Menos empleo
Por su parte, el decano del Colegio de Economistas, Raúl Martínez, destacó que la delincuencia se ha ensañado con los microempresarios afectando la generación de empleo.
“Se están metiendo con el microempresario o pequeño emprendedor que no invierte en temas de seguridad y que está más desprotegido, porque está más enfocado en hacer negocio”, aseveró.
En esa línea, agregó, el factor delincuencia está limitando la aparición de más negocios en Piura.
“Muchas personas que habían planeado un nuevo proyecto o inversión, simplemente no lo hacen. Lo inmediato que se genera es que no haya mayor empleo. La inseguridad ahuyenta la inversión privada”, dijo.
De otro lado, Martínez sostiene que el aumento del crimen también genera sobrecostos que terminan pagando los usuarios finales de los negocios.
“Frente al aumento de la delincuencia, los negocios incrementan sus costos para colocar cámaras de vigilancia y pagando un vigilante. Estos costos después son trasladados en un mayor precio de los bienes y servicios que se ofrecen al consumidor. Se hace así un círculo vicioso”, afirmó.
Cabe indicar que los paquetes de instalación de sistemas de alarmas varían entre S/2.000 a S/10.000, con pagos mensuales de entre S/ 500 a S/ 1.500.
A eso se debe sumar el pago por un vigilante armado que puede llegar a S/ 4.000 al mes.