Decenas de personas viven un calvario en los exteriores del ex Campo Ferial, en donde se ha improvisado un hospital para atender a los enfermos de COVID-19.
Los familiares de los pacientes están prácticamente viviendo en medio de una zona polvorosa, donde el inclemente sol y la falta de agua hacen insoportables los 34 grados de temperatura. Ellos esperan informes de sus familiares y se encuentran en esta zona porque no pueden ingresar a visitarlos.
Según sus declaraciones, muchas veces sus familiares necesitan medicinas, pañales u otros y una vez que reciben las recetas deben salir de inmediato a buscar farmacias abiertas, antes del toque de queda.
“Estamos a la de Dios, no tenemos reporte de los médicos. Primero nos dicen a las 5, luego a las 8 y al final dicen que regresemos mañana porque no hay médico. Que vengan las autoridades a ver si aguantan el sol y la sed”, expresó uno de los familiares que proviene de Pueblo Nuevo de Colán (Paita).