Se elevó a 57.230 la cifra de fallecidos por COVID-19 en el país hasta el domingo pasado, es decir, 433 nuevos decesos en 24 horas, la cifra más alta desde que empezó la pandemia en Perú.
Con esto, el promedio sube a 332 muertes al día, de acuerdo a las cifras oficiales del Ministerio de Salud (Minsa). Mientras que, hace unos días, este ministerio reportó 384 fallecidos por coronavirus, aunque en el Sinadef las cifras llegan a más de 800 casos diarios.
Claramente las cifras a nivel nacional son preocupantes y en nuestra región el problema también se está reflejando: según la Dirección Regional de Salud (Diresa), hasta el 17 de abril, alcanzamos los 78.683 pacientes recuperados, 100.428 casos confirmados y 3.923 fallecidos -con lo cual la tasa de letalidad es de 3,91%-, 927 hospitalizados totales y 90 pacientes en UCI; respecto a la disponibilidad de camas tenemos una de UCI y 160 de hospitalización.
Con dos nuevas variantes (la británica y la brasileña) circulando en la región y las fallas en el manejo de la primera ola, es complicado pronosticar si el panorama se pintará mucho peor que el año pasado.
La especialista en estadística de la Universidad de Piura (UDEP), Isabel González, señaló que la tendencia va en ascenso, pues en enero el número de contagios promedio por día por cada 100 mil habitantes era de 5; en febrero, 8; marzo, 13; y ahora vamos en 19; mientras que en mayo y junio de 2020, meses duros para Piura, el contagio promedio era de 25 por día.
“Aunque las cifras no son del todo comparables porque en 2020 usábamos demasiadas pruebas rápidas, que no eran para diagnóstico y daban muchos falsos negativos y positivos. Pero también se hacían muchísimas más pruebas y se tenía un registro más grande. Ahora se usan mejores pruebas, pero se hacen menos. No es del todo claro si el contagio es menor, y podríamos estar casi como el año pasado”, aclaró González.
Asimismo, enfatizó que las cifras podrían ser engañosas porque el año pasado no contábamos con la capacidad hospitalaria que se tiene ahora -además del conocimiento y experiencia que han ganado los galenos- y eran muchos los pacientes que fallecían en sus hogares.
Se supone que ahora estamos mejor preparados en cuanto a atención médica, pero el Sinadef muestra que, en mayo de 2020, el promedio de muertes diarias en Piura era de 76, mientras que ahora estamos en 72.
¿Qué nos espera?
El exjefe de Epidemiología de Diresa, Edward Pozo, consideró que el repunte de casos podría deberse al desorden por Semana Santa, además del ingreso de la variante brasileña, de la cual no tenemos pistas sobre el tiempo que ya lleva circulando en Piura.
“A mí parecer, ya sobrepasamos los niveles de la primera ola y dudo que empiece a bajar con esta nueva variante. Quizá veamos picos más elevados el próximo mes porque si aumentan los casos, aumentan los fallecidos. Esto es por la letalidad intrínseca de la variante y por la deficiencia que tenemos en el sistema de salud, sobre todo cuando este está colapsado”, comentó.
Exhortó a la población a cuidarse: Brasil se ha convertido en la cuna de las variantes, pues mientras más se propaga el virus, más posibilidades tiene de mutar. En esta pandemia, todos tenemos un rol que cumplir, tanto ciudadanos como autoridades.
“Es evidente que la ciudadanía no ha asumido bien su rol, pero tampoco las autoridades, que siguen sin dar un tratamiento comunitario a la pandemia, no trabajan con representantes de la comunidad para prevención, no tenemos cifras exactas, faltó preparación para enfrentar la segunda ola. No se trata solo de aumentar camas, sino que apostemos por la prevención. Se desaprovechó el tiempo”, afirmó.
Por su parte, el representante del Colegio Médico, Julio Barrena, criticó que los piuranos no estén acatando las medidas de bioseguridad, por lo cual podríamos terminar con nuevas cuarentenas focalizadas, aunque esto implique un fuerte golpe para la economía de las zonas aisladas.
“Esto se hace con ciencia, se estudian las tendencias, se mejora el primer nivel de atención y se hacen cercos epidemiológicos, el Estado debe dar apoyo alimentario y medicina para que los contagiados no salgan. A este paso, necesitaremos cuarentenas focalizadas y acelerar mucho más el proceso de vacunación. Así como hay un Aprendo en Casa, el Estado debería implementar un programa para informar sobre el coronavirus porque la conducta de la gente no cambia solo con un spot publicitario”, dijo.
En ese sentido, consideró necesario que se implemente un equipo multidisciplinario para trabajar en medidas educativas sobre la COVID-19, un equipo coordinado con especialistas de salud, en educación, sociólogos y comunicadores, de tal manera de que se elabore un mensaje que realmente penetre en los piuranos.
Para González, el Estado también ha fallado en la implementación de medidas, pues el uso obligatorio de caretas debió exigirse hace meses; tampoco se debió permitir que la ciudadanía saliera con mascarillas de tela, que no garantizan protección.
Así, el Gobierno Regional debería apoyar con la repartición de este tipo de imple implementos, y desde las municipalidades, mejorar la vigilancia del cumplimiento de los aforos y de la no organización de fiestas.