En una casa de la Av. Dos de Octubre, Los Olivos, Lima, a más de 15 KM de Palacio de Gobierno, un señor informa por su radio comunitaria la oferta de alimentos que tendrá el siguiente día, y aprovecha para incentivar a la gente a usar mascarilla y dar ánimos a todos los que respetan la emergencia nacional por COVID-19. Lo hace hasta cuatro veces por semana. “Que mañana sea un mejor día que hoy”, finaliza.
Las radios comunitarias también pueden ser vitales para replicar las clases virtuales que se emitirán en Radio Nacional y TV Perú, dentro del programa “Aprendo en casa” del Ministerio, donde los estudiantes están recibiendo educación virtual desde este 06 de abril de 2020.
Según el Ministro de Educación, existen 350 radios regionales que se suman a esta campaña. Si sumamos el apoyo de las radios comunitarias, el impacto será más eficiente.
Porter Novelli consultó a varios radialistas: ¿cuál es el rol de las radios comunitarias en zonas alejadas de las grandes ciudades, donde no llegan diarios impresos ni todos los vecinos cuentan con internet? Potenciar el uso de estas radios no solo ayudará a mantener informada a la gente en tiempos de COVID-19, sino que hará llegar los mensajes correctos, evitando fake news (noticias falsas) y traduciendo la información a lenguas originarias como la asháninka, yine, quechua, awajún, etc.
En Cusco, por ejemplo, Radio Quillabamba cumple una importante labor para replicar las clases virtuales a distintas comunidades el Bajo Urubamba que hablan en lenguas yine o matsigenka. En Piura, Radio Cutivalú también está pasando los contenidos educativos. Estos casos permiten ver el importante rol de radios pequeñas para llegar a comunidades alejadas, y esto lo pueden complementar con una estrategia de comunicación en redes sociales.
A lo largo del Perú, en costa sierra y selva, las radios comunitarias cumplen una función de vínculo emocional e informativo con las ciudades donde el internet todavía es lento, las señales de telefonía no son óptimas y la televisión se reduce a canales de señal abierta.
Redacción El Tiempo